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Cuando los hijos se van de casa y el nido se queda vacío, no queda más remedio que adaptarse a las nuevas necesidades. Así lo hizo esta pareja, que decidió dejar atrás su piso de siempre para cumplir un sueño: vivir cerca del mar. Sin embargo, a pesar de la ilusión que sentían los propietarios por haber comprado un piso de obra nueva en primera línea de mar y con unas vistas maravillosas, el inmueble no cubría ni las necesidades ni el estilo decorativo que buscaban, además de tener mucho menos metros cuadrados para almacenaje que su vivienda anterior.
Como pasaban de una vivienda muy grande a un piso más pequeño, con la reforma se ha buscado principalmente comodidad, funcionalidad y capacidad de almacenamiento. Para ello, el estudio Pia Capdevila Interiorismo ha priorizado el diseño de mobiliario a medida en toda la casa, desde el recibidor al salón, pasando por las habitaciones, el baño, la cocina y el comedor.
En cuanto a los acabados, se ha trabajado una base de color 'muy tranquila' que potencia la luz natural y da protagonismo a las vistas, centrando todo el interiorismo en tonos piedra y en la madera, especialmente de roble en suelo, puertas correderas, librería, mobiliario y aplicaciones.
Lo primero que encontramos al entrar en la vivienda es el pasillo de la casa, en el que la interiorista ha sacado el máximo partido al espacio diseñando un armario a medida muy funcional como pieza de recibidor, en el que se ha incluido un banco, una repisa donde poder dejar las cosas al entrar y un zapatero.
La habitación más pequeña funciona como un dormitorio de invitados que puede transformarse en cualquier momento en un despacho extra, un vestidor extra, una salita de relax o un cuarto para los hobbies de los propietarios.
El dormitorio más grande se ha destinado a habitación principal con una cama de 160 cm con arcón y mucha capacidad de almacenaje. Se ha diseñado una zona con armario empotrado a modo de vestidor, apoyado por un mueble bajo la ventana y otro mueble a los pies de la cama con capacidad alta y baja.
En esta habitación no se ha usado la madera como recurso decorativo, sino que se ha priorizado la laca en colores blanco y azul. Un azul elegante, sereno y con personalidad sobre una base de tono piedra.
El arrimadero de pared a pared y lacado en azul que se ha creado a modo de cabecero permite optimizar el espacio del dormitorio, incluir dos mesitas de noche voladas y un estante de pared a pared. Además, combina a la perfección con el papel pintado de la pared en el mismo color, pero en varios tonos más claros y con los textiles de la cama. Sobre el arrimadero se han instalado apliques de lectura que permiten una iluminación puntual confortable y funcional.
Para el suelo del baño se ha escogido un porcelánico imitación madera que le aporta la calidez de la madera, pero con las ventajas del cerámico en cuanto a mantenimiento, limpieza y resistencia. Para sacar mayor partido al espacio y agrandar el baño para que parezca visualmente más ligero, Pia Capdevila ha diseñado un mueble volado con almacenaje adaptado a las dimensiones y necesidades de los propietarios. Como lavabo se ha escogido un modelo sobre encimera ovalado, muy decorativo, cómodo y de líneas actuales.
Como la mampara de la ducha suele ser un elemento que condiciona el espacio y debe de ir acorde al resto decorativo del espacio, para este baño la interiorista ha escogido un modelo sin puerta ni perfilería que aligera el espacio. Sus 140 cm de profundidad permiten ducharse sin que el agua salpique fuera de la ducha.
De vuelta al pasillo se accede a la zona de día, pero antes de llegar al espacio abierto con la cocina, el comedor y el salón, se dispone un pequeño pero acogedor rincón de oficina, que se ganó de la habitación principal para poder teletrabajar cerca del salón aprovechando la luz natural.
Tras la zona de trabajo, al final del pasillo, se ubica la cocina acristalada a través de un biombo y totalmente abierta al salón-comedor a nivel visual, siguiendo la misma línea decorativa que el resto del piso, donde los colores piedra y los naturales toman el protagonismo. En el lateral de la pared de cristal que separa la zona de cocción del salón, se ha integrado una mesa de comedor que aprovecha al máximo el espacio. De esta manera se ha conseguido una zona de cocina cómoda, amplia y con capacidad de almacenamiento que disfruta también de las vistas al mar del salón. Para poder crear este original acristalamiento separador, se optó por un extractor de techo integrado.
La cocina también se ha decorado en colores piedra con una encimera de estética pétrea de porcelánico con aspecto muy natural en un tono un poco más claro que el color piedra del mueble y aplicaciones en roble como en el resto de la casa.
Este separador ideado para este proyecto que divide la cocina del salón y al que se le ha integrado la mesa de comedor, a su vez, genera un mueble que por el otro lado del biombo se convierte en una pieza que funciona como banco con almacenamiento o como mueble de televisión para el salón.
''En el salón, tanto la puerta de salida al balcón como la ventana grande de la pared perpendicular nos limitaba el espacio para ubicar mobiliario de almacenamiento, así que aprovechamos la pared del pasillo en la zona donde se ensancha la cocina y empieza el comedor para generar una librería de poca profundidad con capacidad cerrada destinada a cristalería y almacenaje en vertical para la zona del salón'', explica Pia Capdevila. Con esta nueva ubicación de espacios y mobiliario a medida se consiguió uno de los objetivos de la reforma, que era llevar la luz natural del salón al comedor, la cocina e incluso al pasillo.
''La puerta corredera de listones de roble de la librería se ideó para poder esconder una pequeña televisión visible desde el salón y desde la cocina'', explica Pia Capdevila
Proyecto e información: Cortesía de Pia Capdevila. Estilismo: Mar Gausachs.