Un pequeño apartamento de 50 m2 que parece un piso señorial

La reforma de esta casa pequeña de Milán consigue diseñar el espacio para disfrutar y disimular la escasez de metros.

un apartamento de 50 m2 reformado en milán
Marco Menghi

    Este apartamento de 50 m2, en Milán, se ha reformado para que aparezca la magia de los matices con dos ventanales, que valen por cuatro, para hacer un espacio más diáfano, más común en las casas grandes o en los pisos señoriales con techos altos. El estudio de interiorismo de Valencia Biscottini ha transformado un estudio en una casa decorada en amarillo pálido, rosa pastel y azul etéreo para definir las estancias en una reforma muy cuidada y delicada.

    Al entrar en este apartamento pequeño ya nos espera una sorpresa, porque, de forma inesperada, se accede a la zona de dormitorio. La nueva distribución ha permitido ocultar la habitación tras una cortina plegable bicolor, en un vivaz tono añil, que se torno amarillo cuando la vista es desde la cama. Como decía Gio Ponti: "en una vivienda no cuentan los metros cuadrados, sino la amplitud del espacio que se puede disfrutar vital, visual, polivalente, y como luz y aire y disponibilidad variable". El área habitable de este apartamento de 50 m2 se ha obtenido al abrir las estancias para que unas deriven en otras, pero también se ha querido salvaguardar la privacidad. Por eso, se han idea soluciones para separar ambientes y han entrado en este juego las paredes correderas plegables, que se abren y se cierran.

    En este caso, la pared corredera plegable tiene un cierre magnético sin perfil de rebaje y está hecha de tela fonoabsorbente con un tirador de madera diseñado ad hoc por los arquitectos. Irónicamente, la cortina que cita a Gio Ponti revela y oculta la zona de noche, donde un cuadro de Stefano Rosselli, su bisnieto, destaca en la pared azul (mesilla de noche Kartell negra).

    En la zona de estar, en cambio, el amarillo de las luminarias enmarca las copas de los árboles del Parco Sempione y acoge la luz que parece entrar más cálida y suave. En el salón, algunos muebles elegidos con cuidado ofrecen un diálogo decorativo único con piezas como la librería Kriptonite, el sofá Design Republic o la lámpara de pie Pileino de Gae Aulenti para Artemide, de 1972, además de una alfombra rusa, que data de principios del siglo XX. El resultado es un salón pequeño con un ambiente refinado y acogedor a la vez.

    Sin embargo, en el lado opuesto del salón, la cocina hecha a medida con fondo rosa y encimera de mármol tiene en el centro una mesa con tablero de teca cuya base son antiguos aperos de labranza, que se combinan a la perfección con unas ligeras sillas vintage.

    Marco Menghi

    Este piso pequeño es una pequeña joya refinada, perfecta para dejarse calentar por el sol y sus matices, pero también para esconderse tras el suave fondo de terciopelo, todo ello a un paso de uno de los parques más bellos de Milán: Parco Sempione.

    Más información: Valencia Biscottini.

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