- Te encantará este piso de inspiración parisina en un antiguo hotel valenciano.
- Una casa con carácter minimalista con vista a los jardines del Turia en Valencia.
- Antes y después: Un piso que renace en el centro de Valencia.
Si estuvieras buscando piso y encontrases un inmueble de los años 40, cuyos elementos originales transmitieran toda la nostalgia y la elegancia de la época, sería un pecado no aprovecharlo, ¿verdad? Las protagonistas de esta historia lo tuvieron claro nada más verlo. Se trata de una vivienda ubicada en la Gran Vía Fernando el Católico de Valencia, una de las principales avenidas de la ciudad.
Las nuevas propietarias buscaban un lugar en el centro, donde pasar algún fin de semana y disfrutar del tiempo en familia. Y por supuesto, el flechazo fue inevitable. Las molduras, la carpintería, la altura de los techos... todos los elementos de la vivienda eran auténticas joyas que, tanto las clientas como los arquitectos de Studio Hc –encargados de la reforma–, estuvieron de acuerdo en conservar y enaltecer para no perder la esencia original del inmueble.
Los materiales se seleccionaron aposta para crear continuidad, como el nuevo suelo laminado en espiga, o los azulejos de aspecto artesanal del baño. En cuanto al estilo decorativo, la premisa estaba más que clara, la vivienda debía transmitir paz e invitar al descanso, abogando por un minimalismo cálido. Los elegidos: tonos tierras y tejidos naturales, en combinación con algún punto de color.
A la vivienda se accede a través de un gran recibidor que nos revela lo que encontraremos a continuación: molduras decorativas de escayola, puertas de paso originales en forma de arco y, como decíamos, una gran altura de los techos. Dicha altura permitió incluir un amplio espejo de roble que aumenta el espacio, y que completa la decoración junto a un banco de madera y una alfombra de yute.
La decoración del espacio fue muy discreta, intentando no volverse protagonista, con un mobiliario liviano.
Cruzando una puerta de vaivén que divide los espacios llegamos a la zona de día. La única modificación de tabiquería se realizó en el salón-comedor para integrar la cocina en el mismo ambiente, ganando un área diáfana.
El salón está equipado con unas mesas de centro tipo nido de Ixia, que permitieron crear un espacio central donde los niños pudiesen jugar cómodamente en la alfombra. A su vez, la alfombra en tonos verdes se hizo a medida, y el sofá se colocó descansando en una de las paredes.
También se aprovechó en este mismo espacio uno de los huecos que antiguamente estaba ocupado por un armario, para concebir una zona de estudio con un escritorio de madera de roble diseñado a medida, de Bloomingville.
La cocina tiene un protagonismo indiscutible, con una isla central en granito de color negro que combina con el mobiliario en color topo.
Al tratarse de una vivienda de fin de semana, la cocina es pequeña, pero dispone de mucho espacio de almacenaje.
En el comedor, la mesa tipo Tulip se combinó con unas sillas tapizadas en color beige de Kave Home, y una lámpara suspendida ligera con dos pantallas de globo en diferentes acabados de cristal, de la firma House Doctor.
El armario se transformó en un práctico desayunador.
En el salón-comedor, las cortinas con faldón y ribete negro son de IKEA, y en las paredes se colocaron unas láminas originales de la artista local África Pitarch.
El dormitorio principal destaca por sus molduras y dimensiones, donde se aprovechó el rosetón original de escayola para suspender una lámpara con pantalla de lino. La cama Queen Size se acompañó de un cabecero textil de Kave Home, apliques de gran tamaño en color verde –también de Kave Home–, y dos mesitas metálicas suspendidas en color blanco de House Doctor.
La habitación se ultimó con un rincón de lectura compuesto por una butaca con tapizado bouclé de Zara Home, una alfombra trenzada en color hueso de Kave Home y una lámpara negra de Luxcambra. En cuanto a las cortinas, se seleccionó el mismo modelo de IKEA del salón para aportar paz y serenidad.
Para la habitación infantil, se eligió mobiliario de madera siguiendo el modelo Montessori. Los niños debían poder usar todos los muebles de forma autónoma y disfrutar de un espacio pensado para ellos. A través de una estética 'tipi', se creó un ambiente perfecto donde jugar y soñar (todo el mobiliario es de Kave Home).
En resumidas cuentas, el proyecto dio lugar a una vivienda luminosa, exaltando su naturalidad y buscando el acogimiento y el disfrute en todas las estancias del piso. Sin duda, la combinación idónea para un plan de fin de semana.
Diseño de arquitectura e interiorismo: Studio Hc.