En palabras de la arquitecta Adela Díaz-Llanos, ''este proyecto fue todo un reto''. ¡Y no nos extraña! Se trataba de un piso completamente anticuado con una distribución muy peculiar, y el objetivo de la reforma integral era adaptarlo como vivienda de alquiler turístico. Para ello, hubo que construir dos pequeños dormitorios, un salón con cocina integrada y un baño... ¡en tan solo 29 m2!
Antes de la reforma...
Como te decíamos, la distribución original era un tanto complicadilla. En el baño, por ejemplo, para llegar a la bañera había que saltar por encima del inodoro. Y para acceder al dormitorio principal, era imprescindible atravesar otro dormitorio. Vamos, que el piso era algo así como un Tetris en versión inmobiliaria.
''El espacio era justo, pero la vivienda tenía una luz maravillosa y posibilidades si se distribuía de una manera más funcional'', afirma la arquitecta.
Y apareció un techo con vigas vistas...
Al hacer las primeras inspecciones, el equipo de Adela Díaz-Llanos descubrió una cubierta a dos aguas muy sencilla de vigas de madera. ''Esto permitió que el espacio interior se entienda como dos cubos que albergan baño, cocina y dormitorios dentro de un contenedor de 4 metros de altura donde se desarrollan las zonas de estar y comer'', explica. Desde luego, ¡el piso parece otro!
Para aprovechar al máximo el espacio, se instalaron armarios en el salón que esconden los electrodomésticos y el almacenaje necesario para la cocina.
En la zona de estar, la pared de espejo de suelo a techo refleja la luz y las vigas de madera, creando una sensación de gran amplitud.
Respecto a la gama cromática, el blanco y su luminosidad es el absoluto protagonista. Combinado con la madera clara y los acentos de color que aportan los elementos de la decoración, da como resultado un piso de alquiler turístico muy alegre y acogedor en el que apetece quedarse a vivir. ¿Estás de acuerdo?
Proyecto e información: Cortesía de Estudio Adela Díaz-Llanos Arquitectura.