Situado en el codiciado distrito de Sarrià-Sant Gervasi, en Barcelona, este piso tuvo que pasar por una reforma integral para transformarse en la moderna vivienda familiar que es hoy. Y es que cuando sus propietarios lo adquirieron, el piso no era habitable, contaba con siete habitaciones, estaba lleno de tabiques y era muy oscuro. El objetivo de la reforma: crear espacios abiertos y otorgarle una decoración atemporal. Los encargados del cambio fueron los interioristas Maribel Caballero e Ismael Barajas, de CírculoCuadrado Design.
Al plantear la reforma, los interioristas tuvieron en cuenta cada detalle, con una visión a largo plazo, creando espacios luminosos, bien comunicados, funcionales y con zonas diferenciadas para adultos y para niños.
La mayoría de las estancias disponen de acceso al exterior, donde se encuentra un patio que recuerda a un antiguo claustro, y que goza de gran intimidad.
Toda la obra fue un reto, se trabajó con la volumetría y la altura de los techos intentando salvar los problemas con los muros que no se podían eliminar. El resultado ha sido espectacular, ya que desde el mismo recibidor, tras abrir una puerta corredera, se tiene una visión panorámica de la zona de día.
Se optó por pintar las paredes en un tono arena, más acogedor que el blanco, y se jugó con materiales, tejidos y colores claros para conseguir un ambiente más cálido.
La sensación de amplitud se consiguió eliminando la tabiquería y creando muebles a medida muy estudiados, como es una gran librería de obra retroiluminada del mismo color que la pared. Esto ha permitido satisfacer las necesidades de almacenaje de los propietarios, quedando perfectamente integrada en el entorno y sin perder espacio visual.
En la zona inferior se guardan vajillas, manteles, ropa blanca… Las baldas superiores con huecos simétricos que se han utilizado para colocar libros y adornos, entre los cuales destacan cuadros originales del pintor Jordi Alumá o dos figuras antiguas muy singulares de latón esmaltado de Azul Tierra.
Como curiosidad y debido a la pasión del propietario por el séptimo arte, hay varias piezas originales de colección como una composición firmada por el maestro John Williams, una foto firmada por Pierce Brosnan y Salma Hayek y dos máscaras de carnaval autografiadas por el artista original de una escena de la película Eyes Wide Shut, protagonizada por Tom Cruise y Nicole Kidman.
Junto a la zona de la entrada del piso, se encuentran las dos habitaciones infantiles. El objetivo era crear sensación de orden, que hubiera espacio para guardar juguetes y una zona de estudio, así que se amueblaron con armarios empotrados muy completos que llegan hasta el techo.
El baño, que se ubica entre ambas habitaciones, está pensado para los pequeños de la casa y respira una estética muy limpia. Se escogió un mueble suspendido con dos cajones integrados sin tiradores, encimera de roble mate y un espejo a medida retroiluminado, todo diseñado por Decosan.
Espacios muy funcionales en el salón-comedor
Los interioristas cumplieron con el objetivo de conjugar diseño y funcionalidad. El salón, el comedor y la cocina están conectados y los tres ambientes tienen salida al patio a través de una enorme cristalera con cortinas de lino color tostado de KA, para poder disfrutar de la luz natural.
La decoración del salón es cálida y toda la estancia tiene una doble iluminación: directa con focos y empotrados y retroiluminada perimetral, consiguiendo potenciar la sensación de calma. Está presidido por un sofá chaise longue color piedra, una alfombra de fibras naturales y una vitrina de anticuario de dos puertas donde se guardan la cristalería y la vajilla.
El comedor está situado entre la sala de estar y la cocina. La mesa extensible de madera de roble con un pie central de hierro es de Mobili Fever y aporta un look industrial que se completa con las icónicas sillas modelo Louis Ghost de Kartell.
Un cuadro de la colección New York del pintor Toni Borrell situado sobre la mesa, comparte todo el protagonismo.
La cocina se mimetiza con el resto de la casa formando un todo y unificando los ambientes. El elegante mobiliario es un diseño de Cocinas Rekker, colección Rekto, con el acabado Fénix, el más moderno y tecnológico de la marca: extra mate, antihuellas y recuperable frente a golpes y arañazos.
Sin miedo a los colores oscuros, se apostó por combinar el tono pizarra con el visón, aportando mucha personalidad al proyecto.
Durante el transcurso de la obra, uno de los problemas que surgieron fue encontrar en el suelo de la cocina una viga de sujeción de la que era imposible prescindir. La mejor solución consistió en elevar la zona con un pequeño escalón y a la vez darle una posición privilegiada en la casa.
La cocina se planificó con una gran península pensada como encimera de trabajo, zona de cocción y barra para desayunos y comidas. En el frontal se instaló una vinoteca integrada de la marca Caple, con capacidad para dieciocho botellas.
Para conseguir una visión más nítida del espacio y no perder altura, se escogió la premiada placa de inducción Novy Panorama 90 Pro, con campana extractora que se oculta en la encimera cuando no se utilizan los fogones. Bajo la placa, un cajón con útiles para cocinar y gavetas para las cazuelas que ofrecen máxima comodidad en su uso diario. La península tiene su propia iluminación con cuatro focos empotrados y dos lámparas de techo de IKEA sobre la barra.
En la parte trasera de la cocina, la espectacular vitrina modelo IKS con paneles traseros retroiluminados acapara toda la atención. Está elaborada con perfilería en negro satinado. Su estética minimalista se consigue gracias a las innovadoras bisagras HIDDEN insertadas en la estructura del mueble y la puerta.
La zona de aguas está iluminada por el distintivo LED continuo de Rekker que mecaniza los muebles entre sí para poder incorporar una línea de luz única, más estética y homogénea.
El acceso a la suite queda semi oculto a través de una puerta perfectamente integrada (y disimulada) situada en la pared lateral de la cocina. A esta estancia se le quería dar calidez y confort y se consiguió con armarios hechos a medida y mobiliario de obra, siguiendo la paleta cromática del todo el piso.
En la entrada a la suite se diseñó una gran zona de vestidor con armarios abatibles y un tocador con dos cajoneras.
Frente a la cama se fabricó un mueble zapatero de obra a media altura.
El cabecero, también de obra, aligera el espacio y dota a la estancia de cierta volumetría. Además, se usa como repisa para apoyar cuadros o libros, siendo una práctica solución decorativa. Se completa con dos hornacinas revestidas en madera que se utilizan como mesita de noche.
Tras unas puertas correderas, que a simple vista parecen un armario, nos encontramos con el baño, dividido en tres espacios diferenciados: lavabo, ducha e inodoro. El inodoro y la zona de ducha están separados por unas puertas de cristal traslúcidas que permiten el paso de la luz a la vez que dan intimidad.
El espacio de ducha es muy especial, ya que se hizo todo de obra utilizando el mismo revestimiento que para el resto del piso. Destaca un espectacular rociador de Ideal Standard que se suspende del techo, así como la iluminación indirecta. Todo ello proporciona una sensación de relax y bienestar en la ducha tan característica en los proyectos de CírculoCuadrado.
Para la zona de lavabo, los propietarios eligieron un revestimiento color antracita de Living Design y un mueble suspendido de Decosan que da protagonismo al espacio. Dispone de dos cajones XL en color verde aceituna y un lavabo de piedra maciza natural acabado en Negro Marquina. Todas las griferías son empotradas y con el fin de optimizar el espacio, se optó por un inodoro suspendido de corta proyección, todo de Ideal Standard. El mecanismo empotrado se oculta tras un murete con repisa, revestido del mismo acabado que las paredes.
Un oasis exterior en medio de la ciudad
En el patio, un comedor exterior con una amplia mesa y una barbacoa hacen posible disfrutar de la familia y los amigos en cualquier época del año. Un toldo retráctil protege de viento, sol y lluvia.
La reforma pretendía que el patio fuera una extensión del interior. Para ello se unificaron todos los pavimentos del piso, colocando un único suelo porcelánico modelo Moritz Camel suministrado por Baños Santamaría.
Todo el perímetro está rodeado de verde con maceteros de terracota y plantas altas. El suelo y la pared son del mismo revestimiento que el resto de la casa, generando una prolongación del salón-comedor. Además, tiene acceso directo desde la cocina, siendo muy cómodo para poder disfrutar de las comidas en el exterior. El espacio se completa con un mueble de hierro forjado hecho a medida, con acabado negro mate, que permite almacenar el material de limpieza.
Proyecto e información: Cortesía de Circulo Cuadrado. Estilismo y atrezzo: Ruth Davia.