Este encantador proyecto de reforma comenzó con la búsqueda de una casa de pueblo. Los clientes —una pareja de enamorados—, encontraron su nidito en Asnières-sur-Seine, Francia. Se trataba de una casa de construcción sencilla que, sin embargo, albergaba grandes posibilidades en su interior. De este modo, el equipo de arquitectos de Space Factory se puso manos a la obra para transformar la vivienda en un auténtico palacete, donde la dulzura se encuentra cara a cara con un estilo entre chic y vintage que nos ha vuelto completamente locos.
El interiorismo sorprende por la mezcla de detalles divertidos e inesperados y una decoración tan dulce como sofisticada con el foco en los tonos pastel.
Para el suelo de la vivienda, los arquitectos se decantaron por la combinación del parquet en espiga y las baldosas de estilo retro.
El salón, abierto a la cocina, dispone de un moderno sofá con chaise longue gris, chimenea y una librería blanca de obra. Detalles como los arrimaderos o el acabado en arco de los ventanales nos trasladan a ese palacete imaginario que los arquitectos quisieron recrear a través del interiorismo.
La cocina es un sueño para los amantes de los colores pastel. Los armarios azules combinan que da gusto con las encimeras y los frentes de mármol y los detalles de latón. ¡Luminosidad y dulzura por doquier!
El office se sitúa a continuación de la cocina. Inspirado en los clásicos dinners americanos, cuenta con un banco de obra en U tapizado en terciopelo rosa, una mesa que mezcla el mármol y la madera siguiendo formas geométricas, y una lámpara tipo pétalo como colofón, femenina y muy sutil.
En la escalera, el mix entre blanco y verde añade un punto divertido e inesperado.
Al llegar a la planta baja, nos encontramos con esta sala de entretenimiento donde la librería de obra dispone de su propio banco como rincón de lectura.
El dormitorio principal se diseñó siguiendo el mismo gusto por las formas ovaladas. De hecho, el cabecero se construyó como una hornacina a modo de ventanal, pintado en un azul profundo para hacerlo destacar.
Como no podía ser de otro modo, el baño de la suite incluye una ducha a ras de suelo y una preciosa bañera clásica con patas. Todo ello, sumado al techo abuhardillado y al blanco resplandeciente, hacen de este espacio un rincón en el que apetece quedarse. Bueno, en realidad, ¡toda la casa es igual de increíble!
Proyecto e información: Cortesía de Space factory.