Durante el confinamiento, muchos proyectos de reforma e interiorismo siguieron en pie, aunque fuese de forma online. El que hoy te mostramos se diseñó y concretó a través de internet, ¡y el resultado no podría haber sido más deslumbrante! Se trata de un piso que necesitaba una modernización urgente en cuanto a distribución, iluminación y decoración.
La primera decisión que tomó el equipo de Quefalamaria fue tan arriesgada como acertada, consistió en cerrar la ventana para lograr que el salón ganase más metros cuadrados. Así, concibieron un único y amplio espacio compuesto por recibidor, salón, cocina y comedor, es decir, el núcleo del hogar.
En el salón, se dispusieron dos sofás en L de casi 3 metros de manera que, junto a la librería, se pudieran ver desde cualquier punto de la estancia.
La cocina también se redistribuyó, colocando el sistema de almacenaje y las columnas en la pared opuesta a la de la librería, dividiendo y dejando en esa larga pared la zona de agua, y la zona de cocción en la isla. Precisamente en esta se ganó almacenaje al construir un mueble desayunador, aprovechando que había que ocultar un pilar y también la calefacción.
Adyacente a la isla de cocina se creó una mesa de comedor a medida de roble macizo con patas metálicas negras, dando lugar a un sistema compacto y que amplía visualmente la cocina.
El recibidor se diferenció del salón mediante un revestimiento de molduras de Orac Decor.
En los dormitorios y el vestidor se siguió la línea y estilo de los muebles y decoración del salón, con materiales naturales, tejidos claros y vaporosos, dejando entrar la luz por todos los rincones.
El contrapunto del diseño lo encontramos en el baño, presidido por un suelo hexagonal hidráulico de Marrakech Design. La pared se revistió hasta media altura con azulejos blancos en espiga, y el resto, techo incluido, se pintó en un azul petróleo que genera un espacio muy íntimo y sobrio.
Diseño y estilismo: Quefalamaria.