La interiorista Pia Capdevila, autora de la reforma de este piso familiar de 130 m2, se enfrentó a una vivienda urbana totalmente interior que apenas tenía luz natural y con una planta de formas triangulares complejas.
Los objetivos de los propietarios: Replantear una nueva distribución de espacios más coherentes que lograsen además sacar el máximo partido a la poca luz natural que tenía la vivienda, y hacer un cambio de look radical. La mayor entrada de luz estaba en el salón, pero la antigua distribución no permitía que esta llegara al resto de habitaciones. Para solucionarlo, se redistribuyeron los espacios eliminando el máximo de tabiques y todos los cerramientos innecesarios.
La entrada principal divide el piso en dos ambientes: a la izquierda, y una vez pasados los armarios empotrados, se ubica la zona de noche con todos los dormitorios y los baños, y a la derecha, tras el mueble recibidor, un pasillo conduce a la zona de día con el salón, comedor y cocina. La primera ampliación de almacenaje se realizó en la entrada de la vivienda. Los dos grandes armarios de puertas dobles que dirigen hacia la zona de noche, se convierten hacia el sentido contrario en un mueble de recibidor con zapatero invita a ir hacia la zona de día. El objetivo de este diseño a medida fue dividir de forma visual y lógica los dos ambientes principales.
Para conseguir una zona de estar abierta y amplia, y así inundar toda la zona de día de la única entrada de luz natural que tenía esa parte de la vivienda, se eliminaron todos los tabiques. Por otro lado, para que la zona de paso que daba acceso al salón desde el pasillo, quedara bien conectada, se diseñó un banco a medida que abraza el cerramiento de las paredes de la cocina conectadas con cristal, que funciona como asiento para la mesa de comedor.
La cocina antigua era demasiado grande en comparación al resto de la vivienda, así que Pia Capdevila decidió cambiarla completamente eliminando varios elementos y haciéndola mucho más funcional. De esta manera se consiguió que donde antes solo había una cocina, ahora estén la cocina, el comedor y la zona de paso que accede desde el pasillo al salón.
Debido a la forma de la planta general de la vivienda, la nueva cocina sigue teniendo una forma extraña, pero con la nueva distribución se consiguió aprovechar todos los rincones y crear un diseño cómodo y funcional. El gran ventanal abierto al salón consiguió que la luz de la fachada principal entrara, ahora, hasta la cocina. En la cocina se usó un pavimento cerámico de imitación roble para dar continuidad al suelo del resto de la vivienda.
El mueble de cocina se diseñó con acabado en laca color arena y encimera de Silestone en color blanco Zeus. Para las paredes se escogió un baldosín blanco y se usaron colores claros para no quitar luminosidad.
El comedor se situó en la zona de acceso desde el pasillo al salón, apoyado directamente en la pared que cierra la cocina. El banco del comedor se diseñó a modo de arcón para que hiciera también las funciones de almacenaje.
Respecto al interiorismo, en la zona de comedor aparece el hierro como elemento industrial en la lámpara y las patas de la mesa, y algunas denotaciones algo más clásicas como en las sillas de comedor de estilo Luis XVI.
Al lado del comedor, Pia Capdevila diseñó un armario a medida donde integrar la lavadora y la secadora, y un espacio de almacenaje para plancha y limpieza.
El salón, que antes compartía zona con el comedor, ahora ocupa todo el espacio como zona de estar con un gran sofá de cinco plazas que necesitaba la familia. En esta zona se empleó mucha madera de roble, y las paredes se pintaron en colores piedra contrastando con blancos para potenciar la luz.
Los accesorios y detalles decorativos se escogieron en tonos ocres y marrones para darle más calidez.
Como los propietarios necesitaban una zona para el teletrabajo, Pia Capdevila ideó una pieza de escritorio a medida a continuación del mueble de TV y lo situó lo más cerca de la ventana para invadirlo de luz natural.
Tras los armarios del recibidor, se encuentra uno de los baños de la vivienda. Como se trataba de un baño para compartir, había que ganar espacio útil. Para ello, se diseñó un mueble a medida con mucha capacidad de almacenaje y con sobre y lavamanos de resina blanca. Los espejos también se diseñaron con armarios para conseguir más espacio donde guardar accesorios del baño.
Todos los acabados y materiales se escogieron en los mismos tonos que el resto de la casa. El suelo del baño tiene la misma madera que el resto de la vivienda y las paredes tienen los mismos tonos grises, pero, en este caso, con revestimiento de Porcelanosa que imita un papel pintado a rayas en dos tonos de gris distintos.
La habitación infantil, con mobiliario a medida de Dijous, está decorada con mobiliario y paredes en tonos grises. El toque de color se aportó con textiles en diferentes texturas y colores verdes.
Proyecto e información: Cortesía de Pia Capdevila.