Antes de la reforma llevada a cabo por Laia Ubia, la cocina de este piso de 70 m2 era oscura, estrecha y contaba con una distribución irregular. Ahora, se ha convertido en una zona amplia y luminosa que permite vivir confortablemente.
El mobiliario a medida, diseñado para aumentar la capacidad de almacenamiento, también generó un conjunto de intervenciones que terminaron de configurar y unificar todo el proyecto. El blanco y el tono natural de la madera componen la base neutra de la decoración, capaz de absorber con armonía la personalidad de sus habitantes. Una intervención integral que ha renovado la esencia de la vivienda, aportando brillo, dejando que el espacio respire fluido y nítido.
El piso se distribuye en entrada, cocina, comedor y sala de estar en un único espacio, una terraza de 15,50 m2, y tres dormitorios y dos baños completos, uno en suite.
- Los techos de pladur se eligieron con acabados en diferentes niveles para poder general en el espacio una la luz directa, así como esconder las instalaciones y conductos de clima.
- En cuanto al pavimento, se optó por un suelo de parqué laminado de EGGER, con acabado madera color roble natural en todo el piso, excepto en el baño, donde se instaló un porcelánico de MARAZZI modelo Plaster en color Butter.
- Para todos los espacios, se decantaron por paredes pintadas en blanco, siguiendo el mismo criterio de potenciar la luz natural y dar la mayor luminosidad posible a los espacios y en los baños combinado el mismo porcelánico en diferentes texturas.
En el salón y el comedor, la pared se revistió con un papel de ARTE INTERNATIONAL, modelo Flamant Les Unis, y el mismo papel pero en otro color para el cabecero de la habitación principal.
SALÓN, COMEDOR Y COCINA
El salón, el comedor y la cocina se ubicaron en un solo espacio de unos 45 m2. La diferencia de altura de los techos, junto con las líneas de luz indirecta situada en los cambios de altura, marcan y delimitan cada zona. Este espacio es completamente exterior, ya que da a la terraza y ofrece mucha luz natural.
El mobiliario de la cocina se eligió en blanco con acabado lacado. Los electrodomésticos grandes como la nevera y la columna donde se encuentran el horno y el microondas, se emplazaron en la pared lateral.
Los muebles de esta línea exhiben un acabado roble natural.
Al otro lado del núcleo blanco de la cocina, se diseñó un mueble a medida del mismo acabado, con lamas de roble natural. De esta manera, la zona blanca de la cocina queda enmarcada por los muebles de madera.
Para crear un poco de intimidad al entrar en la vivienda, se instalaron unas lamas de madera que actúan como separador de ambientes.
Como no hay un recibidor propiamente dicho, se diseñó un mueble para esconder las instalaciones eléctricas, dejar las llaves etc., y se revistió con un espejo para crear un poco más de amplitud a la entrada. También tiene encastada una tira de luz indirecta, para poder dar diferentes ambientes a la estancia.
La vivienda cuenta con tres habitaciones exteriores, con mucha luz natural. El dormitorio principal en suite y las otras dos individuales, una de ellas infantil.
Uno de los requisitos del dormitorio principal era ganar almacenamiento, así que se diseñó toda una línea de armarios, incluyendo la puerta de acceso al baño para aprovechar hasta el último rincón, y panelándolas con espejos para dar amplitud. Otra de las claves es que la línea de armarios gira con la habitación y forma otra pared dedicada al almacenaje, donde se incluyen las mesitas de noche.
En el baño, el mobiliario hecho a medida con un toque de madera genera un ambiente muy cálido. Se trata de un espacio sencillo, sin estridencias, neutro y elegante que combina a la perfección con el criterio estético de todo el proyecto. El sanitario suspendido potencia la simplicidad y estética general.
Proyecto e información: Cortesía de Laia Ubia Studio.