La propietaria de este piso, una joven médica lidiando con situaciones muy complicadas en estos tiempos, deseaba tener su propio espacio para sanar y recuperar energías tras las extenuantes jornadas laborales. El equipo de Wood Estudio se encargó de la reforma, pasando de una distribución compartimentada y poco acogedora a un hogar con ambientes abiertos que respetan la privacidad.
SALÓN COMEDOR COMO EJE CENTRAL DE LA CASA
El salón tenía que ser el eje de la vivienda. Todo debía girar alrededor de este espacio desde el que aparecen (o no) el resto de estancias tras puertas paneladas que le dan total privacidad a los espacios. Para ello, se instaló una zona de comedor con una gran mesa; se diseñó una zona de descanso y relax con un sofá cómodo; y se añadió un armario de almacenaje oculto en la zona del panelado.
La cocina está conectada con el salón-comedor gracias a un cerramiento acristalado que permite tener una comunicación visual y facilita el paso de luz natural. Una de las claves decorativas más importantes, fue mantener los tonos neutros que predominan en toda la casa. Además, se diseñaron dos lineales de cocina para primar el almacenaje, potenciando la funcionalidad.
El dormitorio tenía que ser un espacio sencillo que favoreciera el descanso, así que se decoró en tonos pasteles y se optó por un armario a medida.
El baño se redistribuyó para conseguir, a pesar de la forma irregular del espacio, una ducha amplia (requisito imprescindible). También se actualizaron todos los revestimientos y griferías; y se diseñaron a medida el mueble de lavabo y el del inodoro para un mejor aprovechamiento del espacio y para ganar almacenaje.
Proyecto e información: Cortesía de Wood Estudio.