Este gran piso, situado en Sanchinarro, unos de los barrios más nuevos de Madrid, pertenece a una familia cuyos cinco miembros adoran recibir visitas tanto como cocinar. Además, muchos días teletrabajan desde casa, por lo que es fundamental que cuenten con un hogar donde los espacios sean amplios y fluidos. ¿Cómo lo lograron? Uniendo la casa principal que dispone de tres dormitorios, a la vivienda contigua que tiene una cocina, un dormitorio y un salón. Con la fusión de ambos pisos ganaron un dormitorio con despacho, baño en suite y vestidor, y un dormitorio más.
LA REFORMA PASO A PASO
El antiguo dormitorio principal de la vivienda 1 se transformó en un comedor. Al prescindir del tendedero se pudo crear un nexo de unión entre la cocina y el nuevo comedor, un espacio que actúa como centro neurálgico del hogar, donde los niños pueden estudiar y dibujar, y los padres pasar el rato con sus amigos.
En el mismo salón se instaló un área de trabajo muy funcional.
El salón del apartamento 2 es ahora un dormitorio con despacho y baño en suite, y la cocina del apartamento dio lugar a un vestidor con armarios de IKEA sin puertas.
Desde el vestidor se accede al tendedero del apartamento 2, que ahora es un patio. En la pared del patio se dispuso un jardín vertical artificial y se añadieron plantas naturales, concibiendo un pequeño oasis en medio de la urbe.
Para ver ese falso patio desde el dormitorio se abrió una pared de cristal con aluminio en el mismo color que la carpintería exterior de ambas viviendas.
En el dormitorio principal se eligió un cabecero de molduras de Frac Decoración, y apliques de lectura de Años Luz Iluminación.
ANTES DE LA REFORMA
Proyecto e información: Carmen Sánchez, de Carmela Interiorismo.