Irse a vivir a las afueras puede resultar muy tentador, más aún si tienes la oportunidad de adquirir una casa unifamiliar con jardín como la que hoy te mostramos. La interiorista Laia Ubia fue la encargada de llevar a cabo el proyecto de decoración en esta vivienda de 200 m2 con una parcela de 2000 m2 en el municipio catalán de Matadepera, partiendo de la propuesta de volúmenes y distribución de espacios realizada por los arquitectos Marrón i Riba.
Distribución. La casa se distribuye en recibidor, cocina, lavadero, comedor, sala de estar y zona de trabajo en un único espacio, tres habitaciones y dos baños completos (uno en suite con vestidor incluido). En la planta del sótano hay un baño, una sala polivalente y un garaje de 100 m2.
Con el objetivo de potenciar la luz natural y crear un ambiente de calma en toda la casa, Laia optó por una gama cromática neutra con materiales como la madera de roble tratada con barniz mate. Los techos de pladur, acabados en diferentes niveles, generan el espacio para una luz directa, así como para esconder las instalaciones y conductos de clima.
Las carpinterías exteriores se realizaron en aluminio color antracita.
Las puertas interiores se lacaron en blanco y se hicieron a medida, salvo el acceso a las habitaciones infantiles, que se marcó con un panelado de madera.
La entrada y el salón es el área más especial de la vivienda, las luces se utilizaron para delimitar cada zona de este espacio abierto.
El foseado sobre la escalera es la pieza clave.
Todos los espacios son completamente exteriores y gozan de mucha luz natural, ya que dan directamente al jardín. Para la entrada se optó por un panelado de madera de roble natural que integra un armario y un estante con cajones.
Como pavimento se eligió un suelo de parqué laminado de MAUSA, con acabado madera en color roble natural. Se colocó en toda la casa salvo en el baño.
Las paredes de todas las estancias se pintaron en blanco, siguiendo el mismo criterio de potenciar la luz natural.
La pared del espacio de trabajo se pintó en gris claro para distinguir la zona.
En la cocina se eligió un mobiliario blanco lacado, con una pared y algunos detalles en madera de roble natural. Las encimeras se realizaron a medida con Silestone Blanco Zeus. Todo integrado: sobre, frontal, pica y laterales.
La isla con zona de cocción también se alargó para tener un espacio informal tipo barra donde la familia pueda comer a diario.
En la pared entre la cocina y el salón se situó la chimenea, con salida en ambos lados para poder disfrutar al máximo del fuego.
También hay una zona de lavado muy completa.
Las tres habitaciones de la casa son exteriores y gozan de mucha luz natural. En los dormitorios de los niños, la estructura de la cama se diseñó y fabricó a medida como un arco-marco de madera que hace de tarima y soporte para el colchón.
La estructura de madera incorpora unos estantes y almacenaje con puertas.
En el baño de la suite se eligió un porcelánico de Marazzi modelo Plaster en color Butter de 60x60 cm para el suelo y la pared de la ducha. El resto se revistió con un porcelánico de Porcelanosa en acabado blanco mate de 30x90 cm.
El mobiliario se hizo a medida con un toque de madera para dar calidez a la estancia.
El plato de ducha enrasado en el suelo y la bañera de Hidrobox es un espacio sencillo, sin estridencias, neutro y elegante. El sanitario suspendido, modelo Inwash de Roca, fomenta la simplicidad y la armonía de la estética.
Arquitectura: Marrón i Riba. Interiorismo: Laia Ubia Studio.