Nunca hubieras imaginado a Jon Bon Jovi viviendo en esta lujosa propiedad, que ha ocupado junto a mujer y sus cuatro hijos. Pero, el ganador de un Grammy y con 14 álbumes a sus espaldas, es un visionario en el sector inmobiliario. De hecho, es muy conocido por los pelotazos en la compra-venta en las propiedades de lujo en Palm Beach (Miami) o en pleno Manhattan (Nueva York).
La lujosa mansión tiene fantásticas vistas hacia el río Navesink, que desemboca en el océano Atlántico, a solo 45 minutos en ferry de la Gran Manzana. High Point State se encuentra en Nueva Jersey, y esconde esta finca familiar por la que ha pasado el mismísimo Barack Obama. ¿Habrá jugado una partida en el billar de Jon Bon Jovi?
El palacete fue diseñado por el arquitecto Robert A. M. Stern, ocupa más de 60.000 m2 y se construyó en 1999. Cuenta con 18 habitaciones, seis son dormitorios, siete baños completos, un pub, bolera y garaje con plaza para once vehículos. En el exterior, la finca dispone de piscina, jardines, dos cabañas y una casita de carruajes, que data de 1910, reconvertida en estudio de grabación.
Es una fabulosa casa con aspecto de château francés, tanto en lo arquitectónico como en el interiorismo. El salón tiene una decoración muy profusa, con una chimenea enorme, en mármol blanco veteado, y muebles tapizados en textiles muy ricos y brocados, en tonos dorados, para las cortinas. El techo, de vigas vistas, está pintado a mano. La zona de descanso se acota con una alfombra XXL, en tonos terracota, y cuenta con un sofá esquinero, en terciopelo tornasolado.
El Rey Sol no pondría ninguna pega a esta sala para recibir invitados. Nunca diríamos que el barroco es el estilo de decoración que esperábamos del rockero, pero estamos seguros de que Jon Bon Jovi ha vivido aquí grandes momentos. La decoración afrancesada es de libro: una inmensa alfombra, que protege el parqué; paredes con molduras, en azul celeste; un sofá, en forma camel back; butacas tapizadas, en tejidos texturizados; lámparas auxiliares, con pie cerámico; un banco, en terciopelo y con borlones, y cortinas, con capas superpuestas.
La escalera de caracol, que da acceso a la segunda planta y se une a la zona exterior, es hipnotizante por sus bonitos forjados y un elegante suelo cerámico, en blanco y negro.
La cocina tiene techo con bovedillas, en ladrillo visto, y pavimento de madera. Todos los muebles están hechos a medida, incluida la gran isla central, con fregadero, que hace las veces de mesa de comedor. La zona de cocción, de gas natural, es industrial; al igual que el frigorífico encastrado en uno de los laterales. Las paredes, en tono albero, aportan luminosidad al espacio.
Es encantadora la zona de desayuno, en forma redonda y con una semibóveda en el techo, de la que cuelga una enorme lámpara de araña. La iluminación exterior inunda la estancia, que ha optado por una decoración estilo Luis XV, con butacas, en madera tallada y con respaldos y asientos tapizados, en textil rojo y blanco.
La pérgola, con vistas hacia el cauce fluvial, es el lugar de esparcimiento y deja a la vista la piscina rodeada de hamacas.
El diseño del paisaje está firmada por la prestigiosa firma Olmstead, que ha demostrado su proyección por sus trabajos paisajísticos en el famosísimo Central Park de Nueva York.