El apartamento Capuccino es el reflejo de la personalidad de su propietaria, un proyecto con una estética divina de Insayn Design Society. El estudio se basa en la idea de que la "misión del diseño siempre ha sido crear experiencias de interior", así que puso punto de mira en optimizar la entrada de luz exterior en la vivienda para crear un espacio con una amplísima perspectiva llena de sensaciones para el espectador.
Desde cualquier punto, se visualizan los 49 m2 de planta que tiene la vivienda.
Este piso está situado en el Raval, un barrio con carácter, así que se ubica en un antiguo edificio barcelonés, con una distribución complicada. La reforma integral eliminó tres habitaciones pequeñas, una de ellas hacía de pasillo para ir al baño, para convertir el apartamento en un único ambiente, muy luminoso y sin barreras.
Cada metro cuenta, así que la zona de comedor ha contado con un mueble de obra, ideado por Michelle López y Celia Antúnez, arquitecta y diseñadora de interiores, respectivamente, que fundaron el estudio Insayn Design Society convencidas de que “la normalidad es aburrida” y con la plena convicción de que hay que abordar los proyectos "desde un punto de vista diferente al que la gente está acostumbrada". El banco a medida esconde un sistema de almacenaje, muy práctico para el apartamento, que gana metros y da profundidad al espacio al abrir la puerta.
El pavimento cerámico es una maravilla, un elemento original que la propietaria quiso conservar.
Para gustos, los colores, así que el apartamento presenta una paleta cromática llena de energía. En el salón, se ha optado por el gris para el sofá con chaise longue y el turquesa para delimitar la pared que da acceso a la cocina y tiene una curiosa forma curva. Los techos con bovedillas se han pintado en blanco para mejorar la luminosidad.
El juego de colores engamados se mantiene en la cocina, con muebles a medida y un guiño a la geometría en una original estantería volada sobre la zona de cocción. A pesar de ser reducida, la cocina dispone de un gran espacio de almacenaje con estanterías laterales y los armarios y el frigorífico panelados.
El dormitorio incluye un vestidor oculto tras una cortina en tono turquesa.
El interiorismo de Capuccino es muy cool, audaz y nada convencional, como su propietaria. Una viajera fascinada con Tailandia, urbanita confesa, que adora estar relajada y apuesta por el menos es más. Una mujer que prefiere el helado de maracuyá salado al cucurucho de chocolate y que disfruta más de la playa que de la montaña. Sus gustos estéticos se decantan por la proporción en los elementos lineales.
El baño, en beige y rosa empolvado, es muy femenino. La encimera de obra se ha aprovechado para colocar un original lavabo exento, con grifería retro. El gusto minimal es clave, ya que solo se ha decorado con dos espejos.
Más información en la página del estudio Insayn Design Society.