Este pequeño apartamento de 30 metros cuadrados en San Petersburgo fue bautizado por la interiorista Sveta Melnikova como «café con leche» (cuando veas la gama cromática de las estancias lo entenderás). Sus propietarios lo adquirieron con el objetivo de alquilarlo, así que resultaba esencial llevar a cabo un proyecto de decoración que lo hiciese atractivo. A pesar de su escaso tamaño y de que solo cuenta con una ventana, la vivienda se consiguió distribuir en cocina, salón, dormitorio, baño y escritorio, creando una atmósfera relajada y acogedora.
El color, en una preciosa gama de tonos tierra, está presente en la decoración, en las telas, en las plantas y en las pinturas situadas sobre el sofá.
El yeso domina techos y paredes. De hecho, las paredes se dejaron especialmente ásperas, ya que esto les da volumen y genera un ambiente especial.
La madera es el otro material protagonista del proyecto.
En el dormitorio, la ventana con listones de madera concibe bonitas sombras con diferentes luces sobre las paredes, mientras la lámpara colgante de ratán procedente de Indonesia le da un encanto especial a la zona.
Para potenciar el volumen del baño, se utilizaron varios materiales. Una de las paredes se mantuvo en hormigón, y las otras se terminaron con granito cerámico. Destacar el armario de espejo de suelo a techo que oculta la lavadora.
Proyecto e información: Sveta Melnikov, de Mvkube.