La finalidad de este proyecto era transformar un espacio industrial de algo más de 100 m2 (curiosamente situado en una primera planta) en una vivienda confortable para una familia de cuatro miembros con dos hijos de 9 y 4 años. Las claves: crear estancias amplias con luz natural y ventilación, y una distribución adaptada a las diversas etapas que la familia vivirá en los próximos 15 años.
En el salón se diseñó una zona muy diáfana y versátil, con sofás modulares que se mueven con facilidad para generar espacios de disfrute con familia y amigos. De hecho, se instalaron 2 soportes soldados al techo original que permiten colgar diferentes accesorios como columpios o hamacas.
En el mueble de la televisión se diseñó una puerta corredera con el mismo revestimiento del suelo.
En este mismo espacio encontramos la cocina y el comedor. Destacar el look con un toque industrial pero sobrio que se consiguió con el uso de chapa de hierro negro presente en varios puntos; el separador de listones de madera que alberga una pequeña barra para comidas informales y el uso predominante del blanco en la cocina que aporta luminosidad, amplía visualmente el espacio y combina genial con el resto de los materiales presentes en la zona de día.
La casa está controlada por un sistema domótico Z-wave que permite al usuario regular iluminación, controlar consumos e interactuar con diferentes escenas programadas. En cuanto al clima, también es posible segmentar temperaturas por zonas, crear programaciones independientes y actuar desde fuera de la vivienda.
Los dormitorios de los niños, de aproximadamente 12 m2, cumplen los requisitos de las necesidades actuales y de las próximas etapas del crecimiento. En contrapartida el dormitorio principal es más ajustado en medidas, pero está bien complementado con un vestidor independiente y otro armario auxiliar.
Para conseguir la máxima luz natural y comunicarla con todas las estancias, se abrieron grandes ventanales con control solar y vidrios que dejan pasar la luz a los dos distribuidores y al baño, ya que son las zonas más oscuras de la vivienda. Para puertas y zócalos se buscó una solución minimalista mediante puertas correderas empotradas sin tapajuntas y zócalos enrasados a nivel de pared.
La pintura de todo el piso es en acabado esmalte al agua, que permite lavarse en caso de manchas y así tener un mejor mantenimiento.
Al lado del dormitorio encontramos un amplio baño, donde el blanco da vida al mobiliario y a los revestimientos, aportando elegancia y limpieza. Además, al no disponer de ventanas ayuda a reflejar la luz.
La zona de lavandería se encuentra oculta en un armario de puertas plegables para que pase desapercibida.
Proyecto e información: Cortesía de Sincro.