Por fuera, una estructura modular de diseño moderno en un color blanco que armoniza con las líneas rectas de la construcción. Por dentro, una casa de estilo minimalista con espacios amplios y diáfanos que dialogan con el exterior.
Todo ello forma parte de un proyecto basado en la sostenibilidad y en la reutilización de los materiales.
Con 60 metros cuadrados, la vivienda se diseñó a partir de dos contenedores unidos que incluyen un salón, una cocina con lavandería integrada, y un dormitorio con baño en suite. Una distribución claramente visible desde el exterior, otorgando ligereza visual al conjunto.
Los interiores se decoraron en blanco para ampliar el espacio y poner el foco en el minimalismo, con unos acabados limpios que fluyen sin trabas entre estancias.
La atmósfera japonesa y el diseño inteligente de los ambientes, está presente en el concepto de Kenya Hara (directora creativa de MUJI) sobre el "diseño del vacío", fuente de inspiración del arquitecto, quien eligió varias piezas icónicas del diseñador Oki Sato, de Studio Nendo, para amueblar la casa.
Por otro lado, para revestir suelos y paredes, se eligió una superficie ultra-compacta Dekton de Cosentino.
Este tipo de material, con acabados inspirados en el mármol, goza de propiedades resistentes al sol, a los rayonazos, a las manchas y a la abrasión. Así, exteriores e interiores quedan protegidos bajo una capa unificada que otorga sofisticación.
Proyecto e información: Marilia Pellegrini Arquitetura.