A la novena va la vencida. Y es que Mónica, la propietaria de esta vivienda en Madrid, tuvo que pasar antes por ocho casas para sentirse, por fin, a gusto en su propio hogar.
“Buscaba un piso con carácter, que no fuera la típica construcción anodina, que ‘hablara’ y, a ser posible, un ático con terraza. Tardé más de un año en dar con él. Lo encontré en internet y en cuanto vi el anuncio, llamé para ver si podía visitarlo ese mismo día. ¡La dueña no se lo creía! Así que fui, hice una oferta y la aceptaron. Lo que se dice, amor a primera vista”, nos cuenta.
Situado en un edificio de finales del siglo XIX, el piso tiene una maravillosa terraza, un lujo que no era habitual en las viviendas de aquella época. “Durante la guerra civil se quemó el tejado y, en lugar de reconstruirlo por completo, aprovecharon para hacerla. Ahora tengo una casa muy poco común, con un encanto especial y una arquitectura sorprendente”, asegura. Además, estaba prácticamente para entrar, ya que había sido reformada recientemente y solo acusaba un poco el paso del tiempo. “A través de unos amigos conocí el estudio Luisjaguilar Arquitectura y les encargué que la actualizaran”, dice Mónica. Desde el estudio explican que “lo que empezó siendo un lavado de cara acabó en un cambio total de colores texturas, iluminación, suelos y terraza”.
LA TERRAZA, UN OASIS EN PLENA CIUDAD
Qué maravilla comer en la terraza, entre plantas que ponen una nota de color y añaden frescor, aromas… Además de la vegetación que trepa por la celosía, en este ático madrileño no podía faltar el madroño —a la izquierda—, el árbol convertido en un símbolo de la ciudad.
COPIA EL ESTILO: ¿Te gustaría que tu terraza quedara tan bonita como la de Mónica…? ¡Llénala de verde! Combina plantas de diferentes alturas y colócalas en distintos niveles: en el suelo, sobre un escalón, encima de la mesa…
EL SALÓN
A la dueña le gustan las piezas especiales y la decoración de su casa así lo revela.
“Los muebles grandes, como el sofá o la mesa de centro, los compré en tiendas, pero casi todo lo demás es de segunda mano: regalos, detalles heredados o rescatados de contenedores de obras. Prefiero las cosas que no proceden de la mainstream”.
El salón conecta con la terraza. Para salvar el desnivel, la propietaria colocó una pequeña escalera de dos peldaños. “Solo con poner un pie aquí lo tuve claro y dije que me lo quedaba. ¡Se creían que bromeaba! Pero a las pocas horas, el ático ya era mío”, recuerda.
“El reloj es de principios del siglo XVIII. Los mercaderes franceses lo vendían en España, así, sin caja, para facilitar su transporte. El péndulo es plegable y, más de doscientos años después, funciona perfectamente. Es más, toca cada quince minutos”, cuenta la dueña.
La mimada selección de objetos y una interesante colección de obras de arte llenan de estilo todos y cada uno de los rincones del ático madrileño. “El cuadro de la pared del sofá es de un pintor chileno afincado en Madrid, Mario Caamaño. Lo pintó para mí. Yo iba a su estudio y le observaba mientras lo hacía. Me fascina el juego de luces y sombras que da plasticidad a un simple papel blanco”, explica.
La decoración juega con los colores gris y beis. “Ambos aportan calma y serenidad al espacio. Y la madera, a su vez, lo hace acogedor. Eso es justo lo que busco en mi casa, porque es mi refugio, el lugar donde encuentro la paz. El silencio, tanto acústico como visual, es fundamental para mí”, aclara la dueña.
COPIA EL ESTILO: Quizá dudas sobre cómo decorar la mesa de comedor cuando no se usa. Combinar detalles en acabados diferentes, enriquece.
COPIA EL ESTILO: Si vas a decorar una pared con cuadros de formas y tamaños distintos, lo ideal es que la composición forme un cuadrado o un rectángulo, como en este caso. El marco y el paspartú pueden ser diferentes. ¡No importa!
COPIA EL ESTILO: Recuperar un baúl antiguo es una buena idea para personalizar cualquier espacio. Además, su interior se convertirá en el escondite perfecto de ropa de otra temporada, mantas y nórdicos en verano.
LA COCINA
En la reforma, proyectada por el estudio Luisjaguilar Arquitectura, la cocina no se tocó.
Al vivir sola, la dueña la disfruta, ¡y le encanta! “Consumo mucho producto ecológico, así como alimentos provenientes de mercados locales y tiendas pequeñas”, nos cuenta. En la estantería de madera guarda vino, fruta y verduras de temporada. “Me gusta comprar poca cantidad para tener productos frescos y a mano”.
Decorada sin estridencias, la cocina en blanco y con encimera de madera, incluye una chapa metálica en el frente de trabajo que protege la pared de manchas y salpicaduras.
EL DORMITORIO
La dueña ha conseguido un dormitorio donde relajar su mente, con pocos elementos, pero muy especiales.
“La mesilla es un archivador de tarjetas de biblioteca al que le han puesto unas patas. Lo vi en un taller y me encantó. Me gustan las piezas sorprendentes, objetos rescatados a los que se da un uso diferente para el que fueron creados”, cuenta.
COPIA EL ESTILO: Cuando en una estancia hay maderas en distintos colores y acabados, conviene que los textiles sean lisos y en tonos neutros para evitar que la decoración resulte recargada. Sí es interesante añadir cojines con estampados discretos y una mantita en un color vivo que ilumine y añada una nota de alegría al ambiente.
EL CUARTO DE BAÑO... EN FORMATO MINI
COPIA EL ESTILO: Si tu baño no es muy grande, busca un lavabo pequeño, redondo y de superficie. Eso sí, elígelo profundo para evitar salpicaduras en la encimera, el suelo y el espejo. Con el toallero integrado en la encimera, ganarás espacio.
PLANO DE LA VIVIENDA Y CLAVES DE LA REFORMA
Las obras consistieron en acuchillar y barnizar el suelo de madera; pintar paredes y viguería en tonos blancos y grises, y colocar tarima de bambú en la terraza. “Para mí, la aportación más importante fue la iluminación. El estudio de Luisjaguilar Arquitectura instaló en las vigas tiras de led que se proyectan hacia arriba e iluminan el techo. Además, las luces indirectas, regulables, dan mucha calidez a la casa”, explica la propietaria. Y si la arquitectura aporta carácter y singularidad, la decoración no iba a ser menos.
En este escenario, quedan perfectas todas las piezas que Mónica ha ido guardando a lo largo de los años. “Viajo habitualmente por trabajo a distintos continentes y mi casa está llena de detalles de los países que visito: Japón, Argentina, Portugal, China, Polonia… De Francia es uno de mis muebles preferidos, el banco del comedor, que es una banca de iglesia del siglo XIX. También tengo muchos recuerdos familiares, como los baúles antiguos del pasillo, que trajo mi padre de Corea, otros de herencia, regalos de mi madre, ¡hasta tesoros decorativos encontrados en Wallapop! Como veis, huyo de lo estándar, de lo habitual, incluso las modas me interesan poco. Prefiero seguir mis gustos”, asegura. De hecho, los cuadros que exhibe en las paredes también dicen mucho de su personalidad: “no son solo un elemento estético, deben incluir un mensaje, me tienen que hablar…”
Ayudante de realización: Paula Balboa.