Próximo a la Plaza de la Cebada, dentro del barrio de La Latina —en pleno centro de Madrid—, se encuentra situado este edificio de finales del siglo XIX de más de 3.500 metros cuadrados en el que el tándem de arquitectos formado por Luisjaguilar y Javier Hernández-Agero realizó mejoras en eficiencia energética, accesibilidad y una minuciosa consolidación estructural.
El proyecto comenzó restaurando la fachada original protegida del edificio para devolverle su esplendor. El siguiente paso fue instalar aislamiento térmico bajo la cubierta, así como en el exterior de las fachadas de los cinco patios. Estas mejoras han logrado un alto nivel de eficiencia energética, algo muy difícil de conseguir en este tipo de edificios. Además, la accesibilidad también se ha adaptado a la normativa mediante la instalación de dos ascensores: uno por escalera.
El estado en el que se encontraba el ático de algo más de 120 metros cuadrados era muy deficitario y no se pudo conservar ningún material original aparte de la puerta de acceso, los fraileros exteriores y las contraventanas interiores de la fachada principal. A su vez, los arquitectos realizaron trabajos de consolidación estructural con el fin de garantizar la estabilidad del mismo. Aprovechando estas mejoras, se recuperó la estructura original del edificio consistente en muros de carga mediante pies derechos de madera que ahora forman parte de la vivienda.
El objetivo del interiorismo consistió en adaptar los usos de finales del XIX a la época actual, donde la cocina y los espacios sociales se han convertido en el centro de las viviendas. Lejos quedan las cocinas aisladas y escondidas al fondo de las mismas. Ahora son piezas fundamentales en cualquier reforma.
Pero además de concebir unos espacios abiertos y fluidos, la iluminación natural también resultó clave en este proyecto de decoración.
Arquitectos: Luisjaguilar Arquitectura y Javier Hernández-Agero. Interiorismo. Paula Balboa Interiorismo.