¿Qué tendrán los paisajes invernales que resultan tan hipnóticos? Puede que sea el color blanco de la nieve abrigando los árboles, o el relajante sonido de la lluvia cayendo sobre las hojas. Pero, ¿y si tuvieras el privilegio de contemplar tan deslumbrante espectáculo natural las veinticuatro horas del día? Los propietarios de esta casa familiar de tres plantas en Whistler, Canadá, conocen la respuesta de primera mano. Diseñada por los arquitectos e interioristas de Evoke, las estancias de la vivienda se proyectaron para conectar visual y físicamente con el paisaje exterior, mediante amplios ventanales de suelo a techo.
La decoración de estilo minimalista, otorga todo el protagonismo a la naturaleza, aderezada por los revestimientos con paneles de madera que encontramos en el salón-comedor-cocina con estufa de leña, centro neurálgico del hogar. El resto de la casa destaca por la presencia de materiales nobles y una luminosidad natural que llena de vida hasta los rincones más insospechados.
La estufa de leña se sitúa sobre una superficie de hormigón pulido.
La cocina se revistió con madera de roble en armarios, suelos y techos, generando una armonía visual que únicamente contrasta con la encimera de mármol.
Los ventanales de suelo a techo crean un efecto de lo más realista.
El dormitorio principal cuenta con su propio baño privado.
Mármol gris y madera de roble conforman el diseño del aseo.
Proyecto e información: Cortesía de Evoke.