Hace ya varios años, Gareth se aventuró con su amigo Joe en un inolvidable viaje a Róterdam, y es que allí recogerían un barco que pronto se convertiría en su hogar.
«Por aquel entonces, yo vivía en una casa compartida», dice Gareth. «Ahora creo que no volvería a vivir en una casa. La vida en un barco es única. Me despierto flotando sobre el Támesis y no sobre cemento, pero puedo llegar al centro en bici en 10 minutos. Y me encanta esa sensación de comunidad».
Ahora, Gareth pasa sus días en este viejo barco junto a otros cinco compañeros de... ¿piso? 😝Sea como sea, la decoración refleja su estilo de vida joven, fresco y ecléctico, donde los muebles vintage congenian a la perfección con los textiles y artículos de IKEA, combinando colores y texturas.
«Me sentiría decepcionado si tuviera un piso en perfecto estado de funcionamiento. Con el barco, tienes las dos cosas. Es un poco duro, siempre hay cosas que arreglar, pero también es muy bonito. ¡Y las fiestas son muy divertidas!»
«Hemos conseguido un buen equilibrio entre el carácter hogareño y el hecho de que sigue siendo un barco. Ninguno de nosotros quiere una vida moderna aquí. Cuando necesitamos algo, lo hacemos, lo encontramos, o compramos algo que se adapte a un viejo barco de madera».
«Mi escritorio es en realidad un futón IKEA que he cortado. Necesitaba una mesa que encajara en esta esquina incómoda. Cuando no tienes mucho dinero, lo que tienes lo conviertes en lo que necesitas».
Como era de esperar, la cocina del barco es pequeña y, por tanto, el espacio de almacenaje escasea. ¿La solución? Limitar el menaje y los utensilios de cocina a lo que cabe en un módulo básico y un par de baldas.
Además, los ganchos se utilizan con ingenio para crear espacio de almacenaje adicional en las baldas y detrás de las puertas. «A todos nos interesa la comida y cocinamos», dice Gareth. «A veces cocinamos y comemos juntos como una familia. La clave es la organización».
Los dormitorios tienen una forma cuanto menos curiosa. Debido a los pocos metros cuadrados de los que disponen, Gareth y sus amigos han aprovechado todos los rincones y recovecos del barco y han usado una combinación de cajas y almacenaje abierto para que los espacios funcionen para todos.
«La gente cree que como somos seis personas en el barco, debemos vivir unos encima de otros, pero encontramos nuestro espacio. Tu dormitorio se convierte en un lugar donde acomodarse y disfrutar de un poco de intimidad», comenta Gareth.
«Aquí han vivido pocas personas», dice Gareth. «Ahora mismo, somos tres parejas».
Debajo de la cubierta, esta barcaza holandesa ahora es una vivienda con tres dormitorios y un área central de planta abierta con comedor, salón y cocina.
El barco también cuenta con comodidades: «Lavaplatos, horno, lavadora e Internet, aunque es horrible. La vida en el barco puede ser un número de malabares, las cosas se rompen y hay que arreglarlas. Eso me ha hecho más pragmático, y me gusta». Flipante, ¿verdad?
Información: IKEA. Diseño de interiores: Emily Henson.