Cuando Mercedes y su familia se animaron a comprar esta preciosa casa de campo situada en una zona residencial de Valdetorres del Jarama, al norte de Madrid, tenían claro que la convertirían en un alojamiento turístico diferente.
La vivienda, de unos 160 metros cuadrados, está construida en una sola planta. Consta de cuatro dormitorios y dos baños. En la parte delantera hay un gran porche solado y la parte trasera tiene un jardín con 500 metros cuadrados de césped y árboles frutales, otro porche y una piscina.
La casa acababa de someterse a una reforma, así que el trabajo de las interioristas de Diseño Interior Bruto consistió en la decoración de la entrada, salón comedor y altillo ubicado en este. Su misión era crear un remanso de paz que invitara al descanso y al disfrute de los futuros huéspedes. Como punto de partida, contaban con que la madera era un material predominante en esta casa de campo: se encontraba en elementos estructurales, en el techo abuhardillado del salón y en el altillo. Para no cargar el espacio y al mismo tiempo no quitarle un ápice de su carácter, decidieron crear un diseño con elementos en blanco y negro que aportaran ligereza y neutralidad.
RECIBIDOR
En el hall, el mobiliario consta de una consola de madera con sobre de mármol y, sobre ella, un espejo.
En la pared opuesta se integró un banco de iglesia en color blanco de Miv Interiores, con cojines de lino y algodón. Sobre este, una lámina botánica de grandes dimensiones de Happy Friday decora la pared.
Como complementos: cestas de fibras naturales con flores secas, percheros de madera, damajuanas, faroles y lámpara de techo de mimbre y objetos decorativos de cerámica que acaban de dar vida al espacio. En el suelo, para aportar mayor calidez, una alfombra de fibra natural de yute adquirida en Decolab.
SALÓN
El salón resultó clave. Se optó por crear un espacio cálido, funcional y moderno con matices nórdicos, y la máxima: pocos elementos pero bien elegidos.
Para ello, se apostó todo al tándem blanco y negro. En la zona de comedor se diseñó una mesa con madera recuperada a la que se le incorporaron patas de hierro. Las sillas nórdicas de Maisons du Monde, con un diseño empalillado en color blanco, dan ligereza al conjunto.
La zona de estar gira en torno a la chimenea y se compone por un sofá blanco de línea neutra (perfecto para integrarlo tanto en un ambiente clásico como en otro más moderno) y un sillón de estética contemporánea también en color blanco (ambos de IKEA). Además, unos pufs con un diseño textil tribal en blanco y negro cierran el espacio. Todo reposa en una gran alfombra gris de lana 100%.
La mesa de centro y los muebles a ambos lados de la chimenea son de la propiedad y solo se lijaron, pintaron y barnizaron en tono natural. La chimenea se corona con un espejo tipo sol de bambú, pintado en negro.
La trasera del sofá suele ser un lugar poco atractivo pero las interioristas decidieron crear una ventaja a partir de un inconveniente. Para ello, ubicaron una consola negra de estilo industrial.
Esta consola, además de decorar (coordina con los pilares vistos, también metálicos), sirve para delimitar la zona de estar y la de comedor.
Del mismo modo, las mesas auxiliares sobre las que se ubicaron lámparas de sobremesa en lugares estratégicos son de metal negro.
Sobre los complementos, de nuevo la cerámica está presente en jarrones y elementos decorativos. Para completar la decoración vertical se ubicaron láminas en blanco y negro que coordinan con el resto de elementos.
Los cojines y cortinas, en la misma gama cromática que el resto del salón, se eligieron en algodones y linos, por su ligereza y tacto, y son los que acaban de vestir el espacio. El último toque natural lo dan las flores y plantas.
ALTILLO
El altillo suponía un reto, ya que en él se debía ubicar un rincón de lectura y una pequeña zona de trabajo. Para el rincón de lectura, se integró una mecedora nórdica blanca de Miv Interiores con un mullido cojín con estampado de palma y, en el suelo, una alfombra circular de Ferm Living con patrón geométrico. La zona se cerró con una lámpara de pie negra, orientable para que sea más funcional, y con una composición de estanterías metálicas en la pared de Inuk Home donde ubicar los libros en un futuro.
Al fondo del altillo se sitúa la zona de trabajo, que consta de un escritorio de roble, silla tapizada con patas de metal negras y flexo. Todo de estilo nórdico y adquirido en Maisons du Monde.
Proyecto e información: Cortesía de Diseño Interior Bruto.