Cuando te dedicas en cuerpo y alma a ayudar a los más desfavorecidos, y tu día a día consiste en visitar las áreas más conflictivas y peligrosas de África, es lógico que tu mente termine suplicando por un tiempo de calma. La propietaria de este piso en el barrio de Sagrada Familia en Barcelona, lo sabe de primera mano.
Al ponerse en contacto con la interiorista Cláudia de Sousa, lo primero que le pidió fue que la decoración de la vivienda transmitiera calma y tranquilidad, convirtiéndola así en su refugio personal cada vez que volviera a la Ciudad Condal.
Los 90 metros cuadrados se distribuyen en dos habitaciones —una con baño en suite—, un baño completo, despacho, salón-comedor y cocina independiente.
Para crear en las estancias ese ambiente sosegado, Cláudia empleó mobiliario y atrezo de tonalidades suaves y patrones lisos combinados con motivos geométricos.
También añadió piezas de estilo mediterráneo con fibras naturales para potenciar la calidez de los espacios.
Los cojines se confeccionaron con los tejidos africanos procedentes de los viajes de la propietaria, y el interiorismo se completó con objetos decorativos.
Proyecto e información: Cortesía de Cláudia de Sousa.