Luz natural y espacio. Concretamente, 110 metros cuadrados construidos. Con ambas herramientas, el arquitecto Carlos Villanueva, de Attico Reformas Singulares, se dispuso a transformar este piso situado en el barrio del Ensanche de Pamplona, en una nueva nueva vivienda distribuida en tres habitaciones, dos baños, salón, mini despacho, comedor y cocina.
Los amplios ventanales jugaron un papel fundamental, otorgando a las estancias ciertos aires de loft.
No obstante, la ingeniosa división de las zonas comunes se llevó la palma: para separar la cocina y el comedor del salón, se aprovechó uno de los tabiques y se revistió con madera junto a dos puertas correderas de vidrio.
La cocina destaca por una gran isla central lacada en blanco. A su lado, y en el mismo color, nos encontramos con un comedor estilo office.
El salón resulta acogedor gracias al roble natural con tinte blanco aceitado, al mobiliario en tonos piedra y al hormigón visto. Estos materiales se mantienen a lo largo de toda la vivienda aportando uniformidad.
En la zona de entrada se integró un pequeño despacho dentro de un armario. Se trataba de un espacio de difícil aprovechamiento y al final, ¡resultó ser un gran acierto!
Una puerta de suelo a techo divide las zonas comunes de las habitaciones y los baños, manteniendo la coherencia con los materiales.
La cuidada iluminación led de la casa también genera un carácter especial, potenciando los detalles y envolviendo el espacio de manera agradable.
Una gran puerta corredera de vidrio translúcido separa el baño de la habitación.
Las zonas húmedas de los baños apuestan por un porcelánico con textura de piedra natural.
Proyecto de obra: Carlos Villanueva, de Attico Reformas Singulares.
Fotografías y comercialización: Joana Aranda, de Casas a Punto.