Ubicada en la comunidad autónoma de La Rioja, más concretamente en la bimilenaria Ciudad Romana de Calahorra, se encuentra afincado este espacioso piso decorado con aires románticos. Antes de la reforma integral, la vivienda original de los años setenta era oscura y angosta. La distribución consistía en tres dormitorios, salón, cocina y baño, pero al adaptarla a las necesidades de los nuevos propietarios, se convirtió en un espacio de dos dormitorios, vestidor, salón, cocina y baño.
En cuanto al interiorismo, se optó por un estilo romántico con aires parisinos, concibiendo una vivienda confortable con espacios luminosos, acogedores y relajantes. El romanticismo se percibe nada más acceder al piso en la delicada combinación de mobiliario rústico, recuperado de la antigua vivienda en algunos de los casos, y en las elegantes inspiraciones parisinas que armonizan con los materiales y técnicas más modernas.
El pasillo se transformó en el núcleo principal de la vivienda mediante los frisos blancos, dotados de una sutil iluminación indirecta de pared de la marca Faro, que crea un ambiente de elegancia y clasicismo. La paleta cromática se basa en el blanco y en colores orgánicos y pétreos, buscando reminiscencias a la naturaleza para lograr una sensación de equilibrio y serenidad que envuelva los ambientes.
Por otro lado, como los propietarios tienen una conexión especial con el mar y el agua, la decoración se aderezó con coquetos guiños cromáticos y ornamentales, además de pequeñas notas marineras que aportan energía positiva a la vivienda.
Dos antiguas habitaciones conforman el espacioso y luminoso salón de más de 30 metros cuadrados inspirado en los château franceses, como puede apreciarse en la pared principal de piedra que cobra especial protagonismo.
La joya de la casa y el rincón romántico por excelencia es la chimenea Kamin Klaus, en torno a la cual gira la zona de descanso y relax de la vivienda.
Como el tiempo de disfrute con amigos y familia juega un papel fundamental, se dispuso una pequeña mesa de Maisons du Monde para las reuniones familiares. Al ser extensible y poder albergar hasta a doce comensales, cubre las necesidades habituales de los propietarios sin ocupar espacio, a la vez que les permite traer invitados sin restricciones en las ocasiones especiales.
La cocina, diseñada por la interiorista Irene Pérez y ejecutada a medida por Cociferma, se mantiene fiel al estilo romántico que reina en la casa.
Se trata de una cocina rústica de pequeñas dimensiones, con una isla central con ruedas que permite desplazarla para utilizarla como mesa de trabajo al cocinar, utilizarla como mesa para comer, o simplemente, colocarla junto a la pared y dejar una espaciosa cocina para los momentos necesarios.
La alfombra de azulejos hidráulicos y las encimeras de madera otorgan la estética rústica buscada.
Al haber utilizado una parte del recibidor antiguo para darle mayor amplitud, el baño es ahora mucho más espacioso.
Para conseguir mejor iluminación, se optó por una hornacina con luz led dentro de la ducha.
En la habitación de invitados, los aires románticos y los pequeños guiños marineros se encuentran en la decoración de la pared. Se trata de una pequeña habitación muy funcional que puede utilizarse como estudio y dormitorio al mismo tiempo.
El dormitorio principal nos transporta a cualquier refinado château francés del siglo XVIII. La concordancia cromática y de texturas hacen de esta habitación el lugar ideal para el descanso y el relax.
El vestidor queda integrado dentro de la habitación mediante una puerta de vidrio corredera que cierra el dormitorio o el propio vestidor.
Al tratarse de una vivienda no muy grande, las puertas correderas optimizan al máximo los espacios.
Finalmente, como recuerdo de la reforma, se restauraron el cubrerradiador y la lámpara del vestidor, completando una decoración de estilo romántico afrancesado muy elegante y acogedora, para que al llegar a casa los propietarios se sientan como en el más lujoso de los hoteles.
Proyecto e información: Cortesía de Infografías TPD.