A tan solo cinco minutos del centro histórico de Pamplona, ubicado en un barrio residencial junto a un parque que aporta tranquilidad a la zona, este apartamento con una sola habitación forma parte de un edificio de reciente construcción. La labor de interiorismo y decoración tras la reforma estuvo en manos del estudio de interiorismo de Jaione Elizalde.
La reforma transformó la vivienda en un auténtico hogar listo para entrar a vivir.
Al principio, el estudio no tenía mobiliario, a excepción de la cocina y baño. Como el propietario es amante de la madera, resultaba fundamental incluir dicho material en el proyecto. Por ello, se colocó una puerta alistonada que da acceso a un pequeño patio antes de entrar a la casa por la puerta principal, realizada a medida con madera de pino y chopo.
Al entrar nos encontramos un pasillo que une todas las estancias de la vivienda mediante puertas de grandes dimensiones, realizadas junto a los armarios empotrados, y al igual que la puerta de entrada, en madera de pino y chopo.
El dormitorio queda a mano derecha, y cuenta con un enorme armario empotrado realizado a medida e integrado bajo el mismo estilo que se ha querido dar a toda la vivienda, con puertas anchas a techo y molduras rectas en sus extremos. También dispone de un amplio ventanal, protegido con una reja decorativa que deja pasar toda la luz.
La siguiente puerta da acceso al baño. El interior está revestido en cerámica rectificada en tonos beiges y marrones con suelo en el mismo material, dejando el último tramo pintado en marrón oscuro para generar contraste y crear la sensación de un techo más bajo.
El mobiliario es igual de sencillo que en el resto de la vivienda, todo en porcelana blanca y con el plato de ducha en piedra blanca, con un espejo cabinet para guardar las cosas más necesarias.
La cocina es el nexo de unión entre los extremos de la vivienda. Está situada en paralelo detrás del pasillo, con módulos altos en un lado y zona de trabajo en el otro. Las puertas blancas, lisas y mates, combinan con la encimera en el mismo color.
La pared de enfrente está cubierta por un armario empotrado que recorre la cocina y llega hasta el otro extremo del estudio.
Anexo a la cocina encontramos el comedor, compuesto por una mesa y unas sillas de IKEA en tonos verdes que visten el espacio con dos lámparas colgantes.
Junto al comedor, o bien entrando por el pasillo a mano izquierda, se dispone el salón, que también puede ser usado como otro dormitorio, puesto que las grandes puertas correderas permiten independizar completamente este espacio.
Este área incluye un gran ventanal con vistas a la zona peatonal y, al igual que el dormitorio, cuenta con mucha iluminación natural.
Toda la vivienda está recubierta por fibra de madera que actúa como aislante, y dispone de salida para ubicar una estufa de pellets en un futuro.
El estilismo evoca a la naturaleza, utilizando tonos suaves de madera, blancos y verdes. También se añadieron cortinas tipo visillo que dejan pasar la luz mientras permiten crear espacios más íntimos donde no se ve el interior.
