Como si de una premonición se tratase, cuando Catherine Martin, de Madrid Boutique Properties, encontró este piso ubicado en un edificio de 1920 en el barrio de Salamanca, supo que debía comprarlo.
Los orígenes. A pesar de su pequeño tamaño, con tan solo 68 m2 construidos, la vivienda contaba con un tesoro exterior: una terraza de más de 32 m2 con orientación suroeste. No obstante, al estar compartimentada en pequeños cuartos, el interior resultaba oscuro.
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Manos a la obra. Con el apoyo de Ana Rodríguez Mendez y Antonia Salvá Llompart, del estudio A&A Arquitectos, concibieron un nuevo diseño distribuido en dos habitaciones, un baño, y un salón comedor con cocina open concept.
Protagonistas del proyecto. La clave principal de la reforma fue dotar del mismo protagonismo a la terraza y a los interiores, convirtiendo la primera en un espacio útil durante todo el año.
Para lograrlo, Catherine instaló un coqueto comedor bajo un toldo blanco, pensando en los cálidos días de verano; y al otro lado, un rincón chill out con sillas modelo Acapulco de Sklum, un tronco de madera a modo de mesa auxiliar, y un montón de plantas que añaden frescor al ambiente.
Todo ello sobre un suelo laminado de madera, rodeado por piedras blancas que nos transportan a un jardín urbano de ensueño.
Dentro de la casa, tuvieron que tirar los tabiques y eliminar el pasillo para conseguir que la luz invadiera cada rincón.
Ahora echa un vistazo a las fotos del antes...
Estilismo: Pilar Perea.