Cualquiera que visite Madrid quedará prendado por la vitalidad y alegría de un barrio tan histórico como el de La Latina. Pasear por sus calles es contemplar un mundo aparte, donde pararse a tomar una caña y un pincho forma parte de una especie de ritual.
Y en esta emblemática zona de la ciudad, se encuentra ubicado un coqueto estudio de 40 m2 que, tal y como lo describe su propietaria, “resulta acogedor como una madriguera en lo alto de un árbol”. Pero antes de convertirse en el hogar ideal para una pareja joven en el barrio de moda, la vivienda era un lugar soso y aburrido que necesitaba una reforma urgente.
En manos del arquitecto Nacho Gias, el proyecto se centró en trabajar los pequeños detalles, las conexiones visuales entre espacios, la iluminación... Todo ello marcado bajo la calidez de unas grandes vigas de madera vistas, protagonistas absolutas del estudio.
En los pavimentos de las zonas comunes, se recompuso el suelo original de madera, y en el baño se optó por un suelo hidráulico, que aporta un motivo decorativo y colorido que contrasta con el blanco dominante en la vivienda.
La nueva distribución integró la cocina en el centro de la casa, como área que dialoga con el resto de estancias. Además, se fomentaron las vistas al exterior mediante el uso de espejos, ampliando visualmente el espacio interior.
Dentro de la secuencia diáfana propuesta para la vivienda, se dejaron pequeños espacios y rincones para la privacidad, que pueden funcionar de igual manera conectados con el resto de la vivienda, o aislados de la misma.