La imaginación no tiene límites, y hay que echarle mucha para hacerse una idea de cómo era el local que hoy ocupa esta preciosa casa. Se trataba de un garaje muy cercano al puerto de la Ciudad Condal, que además de su excelente ubicación, tenía un plus añadido: un pequeño patio. La idea de transformarlo en un espacio habitable partió de José Luis Hausmann, artífice de tan increíble metamorfosis, que lo convirtió en una vivienda moderna y divertida, con jardín y piscina incluidos. ¡Casi nada!
UN CAMBIO ACERTADO
Como no podía ser de otra forma, la rehabilitación fue radical. Se eliminaron todas las paredes, a excepción de los pilares que no podían tocarse por motivos de seguridad, y se dejó un espacio diáfano para alojar estar-comedor y cocina. La altura de los techos permitió construir un altillo en madera, que se ha destinado a dormitorio infantil y que también puede utilizarse como habitación de invitados. Bajo el mismo se instaló el estar, con bancos y colchonetas que cumplen la doble función de sofás y camas supletorias.
ACABADOS ORIGINALES
La distribución abierta de la parte inferior es la mejor manera de aprovechar los metros de la vivienda, que se puede alquilar a través de la web www.poolhousesbarcelona.com. La casa es luminosa y alegre. A través de la puerta que da al jardín y de dobles ventanas en la cocina, unas superpuestas a las otras, la luz natural entra hasta el último rincón. Para reforzar esta claridad, se han pintado de blanco tanto suelos como paredes. Los pavimentos de tarima se blanquearon con un falso envejecido, técnica utilizada también en muchos de los muebles, y algunas paredes se revistieron con listones de madera reciclados: el look campero interior queda de lujo.
HECHO A MANO
Los golpes de efecto tienen gran importancia. Para conseguirlos, la puerta de entrada se ha pintado en lila, con brochazos irregulares, un acabado que imita el desgaste del paso del tiempo. En cuanto al mobiliario, se recurrió a elementos de pequeño tamaño y líneas muy sencillas: camas turcas, mesitas auxiliares, sillas ligeras, cajas y carritos con ruedas... El "hecho a mano" es una las señas de identidad de la deco: muchos de los muebles son piezas antiguas que han sido recuperadas, como la butaca orejera del estar o el conjunto del comedor.
UN JARDÍN IDEAL
El viejo patio reconvertido en jardincito es una joya. Alrededor de la piscina, una pradera de césped resulta perfecta para andar descalzo. Unos cuantos cojines por el suelo... ¡y a disfrutar de este chill-out de ciudad!
Realización: Olga Gil-Vernet.