Un garaje transformado en casita de invitados
Este cambio de imagen hará que quieras transformar tu garaje en una casita cottage

Un garaje suele ser una bendición para los propietarios de una casa, pero generalmente es debido a que se necesita un lugar donde guardar el coche y no una oportunidad para tener un espacio extra para vivir. La familia propietaria de este garaje quiso transformarlo en un refugio en mitad del jardín, un refugio luminoso, brillante e inspirador. Mira: Interior designer Beth Dana, que ha sido la responsable de hacer sus sueños realidad.
Antes de que se pusiera manos a la obra con la estructura era un garaje: "fue un desafío crear una habitación que, aunque pequeña, siviera para muchos propósitos y que tuviera un aire sencillo y acogedor", dice Dana. Con un poco de reconfiguración del espacio, creatividad y algo más serio la transformó en la casa cottage más linda.
Mira el antes y… ¡nunca más! Ahora el garaje es brillante y luminoso. Dana comenzó por la actualización de las puertas, originales de 1920, con una mano de pintura en gris claro. Siguen siendo rústicas pero tienen personalidad y encajan en un diseño costero. Cuando las puertas están abiertas este pequeño espacio parece un oasis tropical gracias a los árboles de alrededor, de aguacates, naranjos y bambú. El enrejado de rebosante hiedra por encima de las puertas del garaje lo conectan aún más con la naturaleza.
En el interior, Dana optó por muros blancos que ayudan a que el espacio parezca más amplio de lo que es, con detalles en madera (Como la escalera de la buhardilla, detalles de la cocina, la mesa y las sillas). Una pequeña cocina y el baño, ambos añadidos para dar privacidad a este refugio (así los huéspedes que estén aquí no tienen que usar tu cuarto de baño cuando se quedan a dormir).
Sobre la acogedora sala de estar hay una habitación abuhardillada que aprovecha el techo puntiagudo (solo hay que no intentar ponerse de pie).
Aunque este espacio está proyectado para los huéspedes o invitados, en realidad es más adecuado para los fanáticos del relax. Si fuéramos los propietarios, necesitaríamos un cargamento de palomitas y películas, abrir las puertas del garaje y nos sentiríamos en algún lugar tropical cada semana.