Una casa abierta al exterior

En Cerdanyola del Vallés, una población cercana a Barcelona pero con vistas a la montaña de Collserola, vive Patricia con su familia en una casa de 120 m², tres habitaciones, dos baños y dos joyas: los patios de la casa de 100 y 50 m².

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Un recibidor con sello personal

La propietaria de esta casa ha intentado crear un ambiente acogedor, basándose en la mezcla de varios estilos. Predominan los tonos neutros aunque sorprenden algunas pinceladas de color, que arrojan carácter. Aficionada a las manualidades, Patricia ha plasmado su creatividad en varios rincones. Una muestra es este mueble, que decora el recibidor. Nuestra lectora lo transformó con una mano de pintura en azul, sobre la que pasó una suave lija hasta obtener el resultado que veis.

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Mimo en los detalles

En las zonas de paso hay que escoger con cuidado los accesorios y complementos decorativos para que no entorpezcan. Patricia personalizó otra zona del recibidor con un baúl vintage forrado con tela, de Dacasa, y un casillero en la pared, de Natura Casa.

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Un salón en equilibrio

La combinación de materiales y estilos enriquece el salón. La zona de estar se planteó como un espacio para la tertulia, con varios asientos organizados alrededor de una mesa de centro. El equilibrio cromático en neutros relaja la atmósfera y potencia la luminosidad. Mesita auxiliar decapada, de Dacasa. Lámpara Bourgie, de Kartell (es una de las piezas preferidas de Patricia). Mesa de centro y butaca giratoria, de El Corte Inglés.

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El comedor

¿Cosmopolita? Sería un término apropiado para definir el estilo del comedor, en el que predominan las piezas de líneas rectas y actuales, en contraste con el mueble tibetano, utilizado como aparador. Sobre él destaca una letra de gran tamaño que nuestra lectora persiguió por varias tiendas hasta localizarla en los Encants de Barcelona. Mesa, de Garriga Verda.

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La terraza, espacio al aire libre

La casa cuenta con dos amplios patios para disfrute de la familia y de los amigos. A éste se accede directamente desde el salón y se amuebló con una mesa de comedor y alguna tumbona para relajarse al sol.

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Un dormitorio sosegado

Muebles en tonos neutros, un cabecero de estilo colonial, unas mesitas clásicas, unos cuadros actuales y una guirnalda de luces sobre la cama. Patricia ha sabido reflejar su personalidad en un espacio único. La estructura de la cama, original de la Garriga Verda, era de cerezo y nuestra lectora la decapó con acierto y para adecuarse a las tendencias actuales en blanco. A modo de mesillas, tres mesitas nido. Lámparas de sobremesa, de Maisons du Monde.

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Un vestidor integrado

Los propietarios decidieron integrar en el dormitorio principal una de las cuatro habitaciones con las que contaba inicialmente la casa para convertirla en un vestidor. Un tabique de pladur, que no llega al techo, independiza los ambientes. Delante, una cómoda de inspiración romántica en blanco decapado y madera.

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Complementos a tono

En esta imagen se aprecia en detalle la decoración de la cómoda con accesorios y complementos en la misma línea que predomina en el dormitorio principal: puro romanticismo a través de los tonos neutros, cristal en colores pastel y elementos muy femeninos (una jaula, varios perfumeros, una letra y la figura de un querubín).

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El dormitorio del pequeño de la casa

Esta habitación es uno de lo lugares preferidos de nuestra lectora ya que aquí ha dado rienda suelta a su creatividad. El blanco es el color predominante, pero se ha combinado con acierto con un intenso y llamativo rojo, presente en los textiles, accesorios y algunas piezas del mobiliario. Patricia cuidó con esmero las composiciones que decoran las paredes, con estantes y con diferentes elementos, como los que animan el frente del cabecero: una cabeza de reno, de Casa; una letra, de Natura Casa, o un buzón vintage, de Dacasa. Cama, de Ikea.

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Adaptado a su edad

La funcionalidad prima en el cuarto infantil. El almacén es fundamental para guardar y organizar juguetes, juegos y cuentos. El armario robot rompe la línea más tradicional con simpatía. Es de Maisons du Monde. Carrito blanco, de Vertbaudet. Sobre la cómoda, una caja de frutas de madera, pintada en color blanco, se convierte en un estante.

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Baño principal

El estilo minimalista del mueble del lavabo contrasta con la moldura ornamentada del espejo. Un ejemplo más de que las mezclas y los contrastes, elegidos con cariño y gusto, enriquecen cualquier ambiente.

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Baño con notas infantiles

Verde y azul dinamizan el cuarto de baño que utiliza el hijo de Patricia, de tres años y medio. Complementos infantiles, motivos desenfadados... un espacio que invita a disfrutar de las tareas diarias de higiene.

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