Un dúplex con todo detalle

En toda la planta baja, Vicky combinó el blanco y el negro y rompió el dualismo sólo con el color de una reproducción de parte de la obra Las tres edades de la mujer, de Gustav Klimt, que corona la chimenea. La luz tiene el camino abierto a través de ventanal, vestido con estores enrollables en color blanco, de Leroy Merlin.

El sofá se situó en mitad de la planta para delimitar el espacio del salón y del comedor. Sofá, puf y lámpara de pie, de Domus.

Los espacios abiertos son una de las bazas más atractivas de esta casa. En el porche, los sillones de madera con cojines en color blanco se completaron con cortinas ligeras y algunos farolillos. Es el espacio ideal para disfrutar de las noches de buen tiempo. Mobiliario, de Ikea.

Un agradable jardín de inspiración Zen custodia la entrada a la casa. Ninguno de los propietarios tiene demasiado tiempo para dedicarse a la jardinería, por lo que sustituyeron las plantas por piedras blancas combinadas con baldosas y sólo alguna pincelada verde. La hamaca, de Ikea, permite aprovechar las horas de sol de forma relajada.

Los muebles, acabados en laca blanca brillo, se combinaron con molduras y con una encimera en madera, que aporta un toque muy cálido. Todos los electrodomésticos se panelaron para no romper la continuidad de los frentes, salvo el horno que queda a la vista.

La habitación de la primera planta es un estudio con una ligera mesa de trabajo en cristal, una librería y un sofá-cama para las visitas. Aquí, el contraste blanco-negro es más que evidente, potenciado por la alfombra y los stickers de la pared, de Ikea. Escritorio, de Fly.

El cuadro de la ciudad de Amsterdam, con un significado especial para Vicky y su pareja, decora la pared que conduce a la segunda planta. Lámina, de Ikea.

Una mesa y dos sillas en forja y madera decoran la terraza, sin más elementos que una sombrilla y una alfombra, ya que lo primordial aquí es disfrutar de las vistas. Mobiliario y sombrilla, de Casa.