UN ESTUDIO EN LA BUHARDILLA
La buhardilla se acondicionó como lugar de trabajo, pensado principalmente para que Gloria desarrollase su trabajo creativo, los diseños por ordenador, sus grabados y otros proyectos. Inicialmente, el suelo estaba revestido con moqueta, pero se sustituyó por un pavimento cristalizado de madera rojiza. Una de las paredes se pintó de un intenso azul, que contrasta con el mobiliario funcional -acabado en blanco-, como la librería, de Ikea. También se aprovecharon muebles antiguos, de herencia familiar y se restauró una mesa de arquitecto, rescatada de un contenedor.