Un apartamento de 48 m²

Fueron precisamente estos 48 m² los que hicieron que Mónica y Marc, los propietarios de este piso -situado en el barrio barcelonés de Sant Martí-, ingeniaran prácticas soluciones para sacar partido a cada rincón. En la decoración, destacan los objetos que han ido adquiriendo a lo largo de los años en sus viajes.

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EL RECIBIDOR

Para no saturar la entrada al apartamento, nuestra lectora decidió instalar una balda volada en la pared con una cajonera metálica debajo. Los propietarios son motoristas y colocaron sus cascos en unos ganchos debajo del estante. De esta manera, no ocupan espacio dentro de los armarios -un lujo cuando los metros escasean- y decoran con un detalle personal este rincón de la casa.

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ELEMENTOS RECUPERADOS

Cuando Mónica y Marc planificaron la reforma integral de la que se convertiría en su casa, decidieron reforzar las vigas de madera del techo y convertirlas en un elemento decorativo. El color oscuro en el que están pintadas y el ladrillo visto del techo contrastan con el blanco de las paredes. Estos elementos estructurales enriquecen la estancia en la que se encuentran, en este caso, el salón.

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LA ZONA DE ESTAR

En la decoración de toda la casa se combinan piezas de diseño actual, como el módulo en el que apoya el televisor, con otras más antiguas e, incluso, curiosos objetos adquiridos en los viajes que los propietarios realizan por el mundo, como las máscaras que decoran la columna. Un sofá en L completa la decoración de la zona de estar.

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DETALLE DE LA LIBRERÍA

En un retranqueo de la pared, entre la zona de estar y la cocina, Mónica y Marc colocaron una librería de gran capacidad para organizar los libros de lectura. Se trata de un rincón muy personal con fotografías y adornos de toda clase. El muro de pavés que comunica con el baño, además de dejar pasar la luz natural, acapara las miradas de este espacio. Librería Expedit, de Ikea.

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COCINA ABIERTA AL SALÓN

La única ventana que hay en esta parte de la casa se encuentra al fondo de la planta. Para aprovechar la luz natural, nuestros lectores decidieron integrar la cocina en el salón-comedor con el objetivo de repartir la luz. Decorada en blanco y con una llamativa encimera en color naranja, eligieron una campana extractora de diseño redondo, ya que querían que fuera impactante pues se ve desde el recibidor.

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LA COCINA

En ángulo con el módulo en el que se instaló la placa y el horno, se creó un pequeño frente aprovechado al máximo con el frigorífico, el fregadero y el lavavajillas en línea. Como los muebles altos saturarían demasiado la pared, se optó por una balda decorativa.

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BOTES RECUPERADOS

En el estante instalado sobre el fregadero se colocaron detalles bonitos, ya que quedan a la vista. Destacan las cajas de metal en las que Mónica organiza el café, las galletas y la pasta, entre otros alimentos. Se trata de botes antiguos de Cola Cao, que la propietaria rescató de entre las pertenencias de sus abuelos.

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DETALLE DE LAS CAJAS DE LA COCINA

La repisa que queda debajo de la ventana de la cocina se remató con la misma encimera del frente de trabajo. Mónica aprovechó este espacio con un módulo de cajones pequeños en los que organizar las especias.

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EL DORMITORIO PRINCIPAL

En la habitación principal se optó un gran armario con puertas correderas en cristal al ácido para que resultase más ligero. Sobre una de las mesillas de noche, Mónica colocó un cordón para tener colgados todos sus collares y que no se le enredasen. De nuevo los tonos neutros predominan en las paredes y la ropa de cama. Armario, de Ikea.

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ARMARIO Y ZAPATERO

Nuestros lectores aprovecharon la planta irregular del dormitorio con otro armario, situado en un retranqueo que hay a los pies de la cama. Entre el lateral del armario y la pared, instaló a medida unas baldas a modo de zapatero visto con el calzado que la pareja utiliza más a menudo.

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DUCHA DE OBRA

Coincidiendo con el tabique de pavés que se realizó en el baño, para que recibiera luz natural desde la ventana de la cocina, se ubicó una amplia ducha de obra. Revestida con azulejos de color blanco, los propietarios le dieron calidez con lamas de madera en el suelo. En el techo instalaron un rociador.

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UN BAÑO CON COLOR

Los azulejos blancos que revisten las paredes del baño resultaban algo fríos por lo que decidieron llevarlos sólo hasta la mitad del tabique y pintar el resto hasta el techo de un color verde pistacho intenso. Junto al lavabo -un modelo volado con las tuberías vistas- se colocó un mueble de cajones de poco fondo para organizar los accesorios de higiene.

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