"Mi pequeño apartamento es un estudio de 6 metros por 6 metros. Al llegar, acepté el desafío de ambientar un sector cuadrado, donde debería comer, dormir y trabajar". Así nos explica Gonzalo la base de la que partió al idear su nuevo hogar, un apartamento en el barrio de Villa Crespo de Buenos Aires, que, pese a su reducido tamaño, debía contener diferentes espacios para múltiples actividades. "Después de varios diseños, conseguí un plano con la distribución y delimitación de los sectores que buscaba", afirma este futuro arquitecto. Al entrar, un pasillo nos lleva hasta la zona del salón, situada entre la de estudio y la del dormitorio. Detrás del sofá, que sirve como separador, descubrimos una mesa del comedor que sirve como apoyo a la cocina (por su puesto, abierta al espacio común).
En la decoración, predominan el gris, el blanco y el negro con pinceladas de amarillo, los objetos personales, recuerdos de viajes o de familia, como el mueble de la televisión ("una herencia de mi abuelo, que ya era modernísimo en los años 70 cuando fue comprado", explica), y las piezas DIY: "Me encanta realizar mis propios diseños", confiesa. "El respaldo y la mesa de centro son palés reciclados por mi, la barra de comedor era un mueble encontrado en la calle que reciclé con listones de pino, el banquito de carpintero lo actualicé con pintura en aerosol y un stencil, el perchero, el revistero, la mesa del balcón, el florero vertical, las lamparas de pie y de mesa y el biombo colgado como mural también son diseños míos", afirma orgulloso.
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Pasillo de entrada
Gonzalo ha colocado un perchero y una estantería para aprovechar el espacio del pasillo que da acceso a la vivienda.
Zona común
Vista general del único espacio con el que cuenta el estudio. Podemos distinguir la zona de escritorio, el dormitorio y el salón.
Zona de confort
El salón, com un mueble que Gonzalo heredó de su abuelo y que "ya era modernísimo en los 70, cuando él lo compró", explica.
DIY
Muchas de los muebles del estudio los ha elaborado el propio Gonzalo con piezas que ha rescatado. El cabecero de la cama, fabricado a partir de un palé, es un ejemplo de ello.
Pinceladas de alegría
En el estudio predominan el gris, el blanco y el negro y el propietario ha querido dar pinceladas de amarillo porque "simboliza energía, alegría y optimismo".
Chico aplicado
La zona de estudio de Gonzalo, un futuro arquitecto.
Viaje decorativo
El propietario confiesa su devoción por el estilo nórdico aunque asegura que en los últimos años ha cambiado: "fue mutando con el eclecticismo de los objetos que fui recabando en viajes o los regalos que me fueron haciendo", explica.
Ponerse cómodo
Vista de la zona del salón.
Segunda oportunidad
La mesa del salón también es un palé reutilizado.
Mente abierta
La cocina también se encuentra abierta al espacio.
Divide y vencerás
El sofá ejerce como divisor con la cocina.
Un buen apoyo
Detrás del sofá encontramos la mesa del comedor que sirve también como apoyo auxiliar para la cocina.
Fiebre amarilla
Gonzalo restauró algunos de los asientos con spray y stencils.
Cocina
Vista de la cocina. A la derecha, el armario con puertas blancas.
Tic, tac...
El reloj de la cocina también aporta una pincelada de color.
Bodegón
Algunos objetos sobre el frigorífico de la cocina.
Tener buena planta
El macetero también es un diseño de Gonzalo.
Vida exterior
El estudio cuenta con una terraza de 6 metros cuadrados.
Acapulco, baby
En la terraza ha colocado dos sillas Acapulco de colores vivos.
Piensa en verde
En otro rincón de la terraza, varias plantas aportan un toque muy natural.
Plano
El plano del estudio diseñado por nuestro lector, Gonzalo.
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