La casa tiene 140 metros cuadrados repartidos en dos plantas.
Pura fachada
La fachada posterior se ha reformado para facilitar el paso de luz al interior de la vivienda.
Comer fuera
Se ha aprovechado el porche para situar una zona de comedor.
Continuidad
La encimera de la cocina se ha seguido hacia el exterior para conectar ambos ambientes.
Comedor
En el comedor reinan las líneas y materiales sencillos.
Blanco y color
La interiorista Miriam Castells ha reformado esta vivienda de Girona. Para el interior, ha optado por paredes y suelos en blanco y gris claro, aportando luz, y los ha combinado con muebles y accesorios de colores vivos.
¡Ábrete sésamo!
Unas estanterías a medida y una puerta corredera han conseguido optimizar al máximo el espacio.
Dream team
Para la reforma, Miriam Castells ha contado con el asesoramiento de Joaquim Rigau y JFG Consultors.
Cambio radical
En la vivienda se ha cambiado la distribución y todos los acabados.
Escalón a escalón
Detalle de las escaleras diseñadas por la interiorista Miriam Castells.
Rincón aprovechado
Vista del dormitorio con zona de estudio.
Baño minimalista
Vista del baño principal, todo en blanco.
Quedarse en blanco
El aseo, también con un total look blanco.
Materiales
Detalle de la piedra con la que se ha revestido la encimera.
Entrada
Vista de la entrada a la vivienda.
Meterse en un jardín
La interiorista también se ha encargado de transformar el jardín de 200 metros cuadrados con el que cuenta la vivienda.
La interiorista Miriam Castells ha capitaneado el equipo formado por Joaquim Rigau y JFG Consultors que ha transformado una casa de Calella de Palafrugell, en Girona, proyectada por el arquitecto Josep Pratmarsó i Parera, en el hogar que necesitaban sus habitantes.
El cambio ha sido total: por dentro se ha modificado la distribución de sus 140 metros cuadrados repartidos en dos plantas, haciéndolos más funcionales. Por fuera, se hizo un nuevo diseño para el jardín de 200 metros cuadrados y se alteró la fachada posterior para facilitar la entrada de luz a la vivienda y unir mejor el exterior y la cocina. El resultado es un hogar acogedor, luminoso y fácil de habitar. ¿Se puede pedir más?